"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", Jorge Luis Borges


24 de abril de 2011

Poema de la resurrección, de Joseph Berolo


POEMA DE LA RESURRECCIÓN

Joseph Berolo


Ya siento  desprenderse el día
de la noche que en su lecho lleva
aún latiendo, mis tristezas.
¡RESUCITÓ EL SEÑOR! ¡ALELUYA!

Deshojado al viento va el poema
que me brinda un nuevo aliento;
Deshojados van los versos
sobre el dolor de todo hermano.

De esta casa no podremos salir,(minicuento) de Ernesto G.


De esta casa no podremos salir, dice el que lleva boina y fuma tabaco y habla con voz ronca y anda por toda la casa con el fusil a cuestas. Los demás lo miramos y no decimos nada. Hemos aprendido a ser cobardes. No fue algo sucedió de la noche a la mañana sino que más bien nos tomó años, pero ya finalmente hemos aprendido a obedecer y acatar las órdenes del señor de la boina que escupe sin cesar y mira a través de la ventana en espera de un enemigo que nunca llega. A veces nos preguntamos si el enemigo no estará dentro, si no seremos nosotros mismos. Ayer, mientras dormíamos, escuchamos un ruido. Nos despertamos asustados. Nos acercamos a la ventana para ver qué sucedía afuera. Vimos unas luces y unas gentes que bailaban en la calle. El de la boina nos dijo que nos alejáramos de la ventana, que era peligroso. Nosotros no entendimos muy bien qué había de peligroso en esa escena. Más bien parecían estar felices. Pero, como siempre, acatamos la orden y nos fuimos a dormir. Ese día todos soñamos que salíamos a la calle a bailar, que tirábamos fuegos artificiales y que hacíamos tanto ruido que nos quedábamos sordos. El de la boina nos gritaba algo que no entendíamos. No fue hasta que recibimos el impacto de las balas y empezamos a sangrar que entendimos los que nos intentaba decir.







19 de abril de 2011

Mi segundo viaje a La Habana (testimonio)


netoraton.es
Por Tony Pichs

Como algo inesperado y misterioso vuelvo a hacer mi segundo viaje a La
Habana con el deseo de encontrarme en uno de mis favoritos lugares cuando vivía en Cuba: la playita de 110.  Estuve flotando en una rampa que era antiguamente para desembarco de botes. Dije antiguamente porque en la revolución, que fue la época en que  nací y crecí, nunca vi desembarcar ninguna embarcación.
Allí mismo se encontraba el más pequeño de los puentes que salen al agua y
donde, por primera vez, sin querer, alguien me empujó cuando sólo tenía seis
años y me di cuenta que la necesidad de sobrevivir se impone en muchos
momentos. Ese fue uno de esos recuerdos que nunca se olvidan. Nadé. No me ahogué. ¿Cómo lo hice? No podría explicarlo, pero aquí estoy para contarlo.

16 de abril de 2011

Ciudad sin estrellas, Vlll Premio Minotauro 2011



Ziénaga es un paraíso de cemento y neón, bajo un cielo invariablemente gris durante el día y anaranjado por la noche. Pero en los foros de los cazadores de antigüedades se habla de otro mundo fuera de los muros de la ciudad. Un mundo muy diferente al de las versiones oficiales, según las cuales un desierto inhóspito rodea las escasas zonas habitables del planeta. Sin embargo, las autoridades estatales se apresuran a sofocar estos rumores y los llamados «misticoides» son considerados rebeldes y castigados por el sistema.

Un atardecer, a la hora entreluz, mientras se dirige con sus amigos al burdel de lujo más afamado de la metrópoli, Perseo Stone tomará una decisión. Y les confesará un plan insólito que hará tambalear su mundo.

Montse de Paz, en la mejor tradición de la novela clásica de ciencia ficción, nos ofrece un relato sobre la pérdida de la inocencia y la búsqueda de la libertad.



Premio Minotauro:

2004 I Premio Minotauro
León Arsenal con Máscaras de matar
2005 II Premio Minotauro
Rodolfo Martínez con Los sicarios del cielo
2006 III Premio Minotauro
Javier Negrete con Señores del Olimpo
2007 IV Premio Minotauro
Clara Tahoces con Gothika
2008 V Premio Minotauro
Federico Fernández Giordano con El libro de Nobac
2009 VI Premio Minotauro
Fernando J. López del Oso con El Templo de la Luna
2010 VII Premio Minotauro
Víctor Conde con Crónicas del Multiverso
2011 VIII Premio Minotauro
Montse de Paz con Ciudad sin estrellas

Nota: para leer más sobre la autora, Montse de Paz y dos capítulos de su novela  clic aquí

14 de abril de 2011

La pregunta (minicuento) de Pedro Merino


bibliocad.com

El quiosco era como un oasis.  Desde todas partes se veía con plantas.  El  toldo cubría a las camareras que obligaban a sentarse a los clientes.  De pronto una pareja de militares no sabía qué hacer: si entrar o continuar la hambrunosa marcha.  Que cuando ella quería, él le decía que tenía poco y con los estómagos estragados pensaban en las ofertas que oscilaban de uno  a cinco... De repente se detuvieron  frente al capitán. Lo miraron confundidos, sin saber qué decirle o cómo preguntarle.  Retrocedieron.  Pensaron en los Rapiditos y en los Rápidos.  ¿Qué será? Era la pregunta psicológica.  No la  pregunta oral, ni siquiera escrita, porque lo que vieron: latas de refrescos, cervezas y platillos con papa rellena, de algo, rodeada de vegetales,  y croquetas... estupendas.
Sí.  Se decidieron.  Hay que interrogarlo.  Era imposible seguir así. Hasta que el capitán les sonrió cubanamente y lo enfrentaron de socialismo o muerte:
— ¿En moneda nacional o en dólares?

Una sirena (poema) de Carmen Siempre Amiga

jorgeolguin.org

 ¨Una sirena¨

Como atinar
vocablos justos
que expongan
el perdón perpetuo
arrastrar mi entidad
cariacontecido
suplicando olvido
sin críticas
cariño escarlata carmesí
en un panorama amigo
vademécum de perdones
tus sentidos

9 de abril de 2011

Un regreso a La Habana (testimonio)


netoraton.es
Por Tony Pichs

Mi  regreso a La Habana comenzó por la casa de huéspedes que se encontraba frente a mi casa, un edificio de dos plantas ya muy abandonado desde muy antes que yo partiera hace   treinta años. Fui  directo a casa de Freddy, alguien que  influyó en mi vida. De él tengo gratos recuerdos de mi infancia y  muchas cosas de las que hoy le estoy agradecido que me permiten ser quien  soy. Comencé a   recordar los lugares donde él me sentaba cuando comenzaba a impartir sus primeras lecciones de guitarra. Era todo un personaje, y un gran músico que  tocaba con un grupo llamado Los Heraldos Negros. Allí estaba el famoso guitarrista y arreglista, Martín Rojas,  que hoy se encuentra en Miami, exilado como muchos.

3 de abril de 2011

Y me encontré en Buenos Aires



Por Pedro Merino

DESDE que calló en mis manos Perdido en Buenos Aires, Premio de Novela Vargas Llosa 2009, no solo quedé imantado a su lectura, sino  varios lectores, que como yo, seguimos la historia que escribió Antonio Alvarez Gil, su autor, hasta el punto final de la gesta.
El premio que organiza la Universidad de Murcia, en España, no especifica la extensión o la cantidad de cuartillas de la obra a concursar.  No obstante, trescientas sesenta y siete páginas de Perdido... fue un fluido tiempo que transcurrió casi sin interrupciones.

EL gobierno de si mismo


Dame fuerzas!  www.fonditos.com
Por Alexei Dumpierre

Una de las principales causas de infelicidad y poco suceso en la vida es el poco gobierno que las personas tienen de si mismas, o sea, la falta de capacidad para dirigir conscientemente sus acciones y pensamientos. Se trata de una virtud cognitiva que depende, entre otros factores, del grado de instrucción, la personalidad y el temperamento sanguíneo de cada cual.
Infelizmente en la sociedad son pocos los que consiguen conducir de una manera lógica y racional su propia existencia, sin necesidad de someterse estrictamente al mandato de factores externos, como la conciencia social, las tradiciones, las normas arbitrariamente establecidas y hasta el poder de los que poseen mayor fuerza de convencimiento. Literalmente hablando son los seres llamados “dependientes”, pues requieren de orientación, alguien que piense por ellos, de quien guíe sus pasos, o cuando mínimo la aprobación por los otros de su propia conducta. En realidad son personas que no desarrollan su individualidad y permanecen siempre sometidas al colectivo y por ende, a quien conduce a esa masa amorfa que reacciona frente a estímulos manipulados por intereses particulares, muchas veces impulsados por el egoísmo y la codicia.
A menudo nos encontramos con ambientes caóticos en determinados colectivos, desde la familia, una sala de aula, una gran empresa o un país. Muchas veces esto sucede porque la persona a la que determinadas circunstancias colocaron al frente de ese conglomerado humano no reúne las condiciones necesarias para gobernar, comenzando por ella misma.


Ese profundo hueco, de Francisco Muñoz Soler





Ese profundo hueco
en el espacio que habitabas
dureza de los contornos
de doloroso vacío,

ingrávida pesadez onírica
sostiene mis fibras
alimentando mis esencias
de infundadas expectativas

y mientras me alejaba
de ese espacio que habitabas
como una sonda
tu ausencia me perseguía.

Las cabezas trocadas




Por Leonardo Venta


"Hay una belleza espiritual, y otra que habla a los sentidos. Pero algunos quieren atribuir por completo lo bello al mundo sensorial, y separar de él, en lo fundamental, lo que le corresponde al espíritu, de manera que el mundo aparecería dividido polarmente en Espíritu y Belleza. En esto también se funde la doctrina patriarcal de los Vedas: Dos clases de beatitud se experimentan en los mundos: por las alegrías de este cuerpo y en la tranquilidad liberadora del espíritu".
Las cabezas trocadas – Thomas Mann



Tenemos preferencias. Existe siempre alguien o algo que nos parece mejor, o peor, que el resto. Todavía sonreímos los chistes de ciertos condiscípulos que tanto nos divertían, y se irradia nuestro semblante al recordar el rostro de aquel profesor, o profesora, que nos embelesaba con su potestad casi divina.

Hay películas, obras de teatro, óperas, ballets… que la aplastante magnitud que ordena la secuencia de los sucesos no ha podido borrar de nuestra mente. Hay actores y actrices que preferimos, así como músicos cuyos conciertos nos deshacemos por ver. Perseguimos voces, internas y externas, que mimen nuestros sentidos; escombramos gestos que conmuevan nuestras frágiles emociones. En fin, no todo el mundo gusta de las mismas cosas, ni éstas nos impresionan igualmente, como reza el dicho popular, "para gustos...los colores".

Llovizna en una tarde imperfecta, de Javier Iglesias



LLOVIZNA EN UNA TARDE IMPERFECTA

Llueve dentro de mí
será por los años que guardé
el silencio
ante un horizonte que se apaga.
No cesa la tormenta
y la guarida-árbol no alcanza.
Hoy es un desierto de ideas
inundado de dudas,
huérfano de ayeres.
Partido al medio como la manzana
de la mujer que ya no amanece
porque las palabras pesan
y se niegan a ir.
Hoy me falta el mar 
más que el pasado
siento el azul en mis huesos
y los deseos, no sé
tal vez,
cuando pare el aguacero.   

El último sueño de Vargas Llosa



Por Pedro Merino

Al parecer, a Vargas Llosa no lo debilita el tiempo. Mejor aún: le da más energía física y mental, sobre todo para escribir su último sueño, ya impreso, El sueño del celta,  (un poema épico de Roger Casement)  título muy en boga por todos los lares de la literatura universal. Esa novela histórica basada en la vida del propio  Roger Casement, apodado por algunos amigos, ¨El celta¨, quien fue cónsul británico y nacionalista irlandés, ha vuelto a levantar varias ronchas en la vida político-cultural inglesa y de nuestro tiempo.
Mediante un  narrador omnisciente  Vargas Llosa penetra el pensamiento de Casement, hace que el lector sienta más  admiración  que  asco  por la doble vida de ese intelectual que denunció, en sus viajes al Congo Belga y a la Amazonía sudamericana, la inútil esclavitud a que fueron sometidos los indígenas.

1 de abril de 2011

El otro Orlando



 marcmasferrer.typepad.com

Por Orlando Luis Pardo Lazo



ERA MARTES, palabra que
entraña cierta muerte en su
sonido y etimología. Era febrero.
Día 23 del año pasado,
2010.
Hacía días dormía mal.
Tenía la cabeza como un globo.
La presión, probablemente.
La ira de una resistencia
sin sentido. Con pesadillas
políticas donde tenía que
defenderme en un tribunal y
sólo conseguía que el público
se burlara de mí. Odio,
epistaxis, parálisis de escribir
y hacer fotos, ganas de
perderme hasta el fin de los
tiempos de mi país. Cuba del
corazón como carroña o complot.

Nada más allá del eco, de Javier Iglesias



NADA MÁS ALLÁ DEL ECO

Esta ciudad que no se parece conmigo
es el hogar que me sobró
lo más cercano de la palabra patria,
idea inconclusa.
Porque falta el muro,
el salitre
y sobran las noches estrelladas
acompañadas de un trago de ron.
Sin importar 
que los versos duelan  en los ojos 
de los que huyen de la luz
y se refugian en el no-pensar
para barrer el temido poema, 
aquel 
que puede destruir el silencio.

Imágenes destinadas al escriba, de IHOSVANY HERNANDEZ GONZALEZ




IMÁGENES DESTINADAS AL ESCRIBA

procuras trazar la línea de cuerpos como sal
y no te basta
prorrogas el fuego
para cuando la soledad comience a desandar
los mismos caminos y te reconozca
ese estrecho de agua.

desnudo en esta página
nada cambiaría en este segundo
sólo la muchedumbre que alimenta un cielo semejante
a la madrugada
sobre el asfalto
por donde vas en busca de la ciudad destinada a la palabra.

En un Rincón cerca del Cielo (fragmento), de Miguel A. Fraga



En un Rincón cerca del Cielo
Entrevistas y Testimonios sobre el Sida en Cuba
Autor: Miguel Ángel Fraga

“Si alguien me hubiera dicho estas cosas hace seis años, quizás mi historia hubiera sido diferente”.

César Manuel Ribé, artesano y pintor. Irónico, cáustico, de él guardo muchísimos y variados recuerdos que no se revelan en esta conversación. Fue la entrevista más difícil porque César era mi amigo, compartíamos la misma casa en el área del Marañón y mirando su estado, era como escarbar mis propias heridas. El encuentro tuvo lugar durante uno de sus períodos de convalecencia.
2 de junio de 1996.

Para mí el SIDA es la cosa más importante que me ha sucedido después de nacer. Cuando te digo importante, puede ser en cualquier sentido, lo mismo bueno que malo. Por supuesto, en este caso, es malo. Mi primera pregunta la ha contestado sin mirarme y es que está concentrado en la labor que realiza. Prácticamente me da la espalda. Sentado ante su mesa de trabajo, se afana cuidadosamente en pintar con delgados pinceles las figuras de barro secadas al sol que él mismo modeló hace algunos días. Antes de tener las primeras enfermedades oportunistas, cuando aún eras un portador asintomático le pregunto ¿qué pensabas, qué esperanzas tenías? Tampoco me mira. Su atención la dirige al acabado de sus piezas. Termina con una de ellas y la coloca sobre una repisa para que el aire la seque. Enseguida toma otra e inicia la misma tarea. Veía las cosas diferentes. Remueve el pincel dentro de un recipiente con agua para quitarle la...