"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", Jorge Luis Borges


29 de abril de 2013

A la sombra de tu verdad, de Carlos Juan Méndez


A la sombra de tu verdad

"La sombra es un color como lo es la luz, pero menos
brillante. La luz y la sombra son sólo la relación de dos
tonos". Paul Cézanne

A la sombra de tu verdad

Me sacude cada palabra
que sugieres con tu mirada,
que desvío el olvido que enhebra en su labra
a la sombra de tu verdad inusitada.

Charles Baudelaire, de Francisco Muñoz Soler


CHARLES BAUDELAIRE

(( Belleza, inmenso monstruo, pavoroso e ingenuo.
Si tu mirar, tu risa, tu pie, me abren las puertas,
de un infinito que amo y nunca conocí))




CH.B
Llegaste a un mundo de sombras

llenas de bellezas y luces

a una realidad de voluptuosos placeres

apagados por las miserias

de una especie que se atenaza

con los fantasmas de sus sueños

que tiene miedo de sus propios destellos

y reemplaza el hastío por la belleza.

Hiciste de tu poesía símbolo de rebeldía

contra los ordenes inamovibles

que atenazaban los manjares de la vida.

Tu poesía, belleza siniestra y fría

defensora de lo ingenuo, amante de lo infinito

habitante de borrasca que riega la vida.


(( El poeta es igual a este señor del nublo –Albatrossus


alas de gigante no les dejan caminar))




En caso de guerra nuclear, de Eduardo Nabal Aragón


EN CASO DE  GUERRA NUCLEAR



Guión cinematográfico de Eduardo Nabal Aragón.

 Basado en un relato original de David Lorenzo Magariño.




INTERIOR DIA. ES POR LA TARDE. SALÓN DE UN PEQUEÑO APARTAMENTO DE UNA MUJER DE MEDIANA EDAD. EL LUGAR ESTÁ DESORDENADO, SUCIO Y CON RASGOS EVIDENTES DE ABANDONO. TIPICAMENTE URBANO.


En el salón, tirada en el sofá, una mujer de mediana edad de aspecto desastrado, desaliñado, a juego con el apartamento. Está vestida con una bata raída y calzada con zapatillas de andar por casa, cada una de un color diferente. Está dormida como un bebe. PASAMOS A UN CONTRAPLANO de un televisor grande, oscuro, apagado.  La mujer ronca suavemente. Sólo oímos su ronquido.

FUNDIDO a Primer plano de la pantalla de un televisor donde se ve un debate chusco y encendido sobre la depilación masculina. Los contertulios no guardan mínimamente las formas sino que se pelean a voces y quitándose la palabra. .CONTRAPLANO de la mujer en la misma postura, indiferente al debate televisivo pero con los ojos abiertos y saboreando una chocolatina asquerosa de manera ostentosa. Labios manchados de chocolate. Debe parecer cansada “de no hacer nada”, pero no drogada. Alcanza el mando lentamente y le quita el sonido a la televisión pero no la imagen con lo que se acentúa lo grotesco del debate en el que un contertuliano se levanta a golpear a otra.
Lenta panorámica del suelo del apartamento, cajas de CDS tiradas, abiertas, restos de comida rápida, medias de colores, un teléfono móvil antiguo, bolsas de patatas fritas vacías.
Primer plano de perfil, la mujer despierta, mirando por la ventana, no se ve la calle, pero se adivina a través de los ruidos de cláxones y voces humanas.
Primer plano de la mujer fumando, expulsando el humo hacia el público de un modo directo.
Plano medio de la mujer tirada en el sofá en otra postura diferente roncando ostentosamente. Suena el teléfono- con un sonido desagradable- cuatro veces. Cada timbre un plano distinto, sucesivos: los pies desnudos, un cenicero lleno de colillas (algunas encendidas), su rostro roncando, abriendo un ojo. Lo descuelga desganada.

26 de abril de 2013

Francisco de Quevedo, de Francisco Muñoz Soler


FRANCISCO DE QUEVEDO


(( Si me hubieron los miedos sucedido
como me sucedieron los deseos,
los que son llantos hoy fueran trofeos,
¡mirad el ciego error en que he vivido!))
F.Q





Si tus vitrinas no guardaron trofeos

si tu alacena no rebosó de viandas

ni en tu finca se sembró librea

no fue por ciego error de lo vivido.

Si conociste las reclusiones y el destierro

las burlas, la sátira y la malicia

de tus contemporáneos fue por algo más

que por la sucesión de deseos.

Porque si a ti llegó el desprecio

la pobreza, el llanto

que te quitaron la imaginación en el ocio

y te creíste de la riqueza esclavo, yo digo

que nazcan muchos esclavos de tu condición

cuya sola riqueza sea ser Quevedo.


(( Cualquier instante de la vida humana
es nueva ejecución, con que me advierte
cuán frágil es, cuán mísera, cuán vana))


Dedicatoria de Antonio Alvarez Gil a Pedro Merino

Foto de la solapa de Perdido en Buenos Aires, Premio de Novela Vargas Llosa 2009


Dedicatoria de Antonio Alvarez Gil: "Para mi colega Pedro Merino con mis valor (?) de amistad. Un abrazo... Miami, 20 de noviembre de 2010. Feria Internacional del Libro Miami 2010 "

22 de abril de 2013

La ventana enrejada, de Eduardo Nabal Aragón

LA VENTANA ENREJADA



 

Autor: Eduardo Nabal Aragón


 

(Inspirada libremente en el relato homónimo de Klaus Mann y en el filme "Ludwig" de Luchino Visconti, que a su vez están basados en hechos históricos)



 






La libertad la libertad
La libertad es un olvido
En otro cuerpo es un olvido
Es un amor la libertad
Libértame o me muero

Luis Cernuda

 
 
 


Locura, Prisión y Muerte de Luis II de Baviera.


La vida es esperanza, de Francisco Muñoz Soler


LA VIDA ES ESPERANZA


Que lánguida es mi vista

que vacuo es mi pensamiento

sólo lo puebla el hastío

y la obligación de una promesa.

Que corto el recorrido

por donde pululan mis piernas,

que reducida la esfera

donde gravita mi destino,

que grande es mi pecho

que profundas mis venas

ay, que gruesas mis cadenas

que sombrío es mi horizonte

solo diviso sombras y vacío

lleno de aburrimiento, necedad y abismo,

y al final la inquietud de la muerte.

(Mi vacío
lleno de aburrimiento,
necedad y abismo,
no lo llenaría ni todas
las aguas de la mar.)

De ¨equinoccios¨ y ¨orichas¨, de Eduardo Fernández Fernández


DE "EQUINOCCIOS" Y "ORICHAS"



Gusto peinar los caminos

como Elebguá agorero

desde las tardes de marzo

hasta las noches de enero,

limpiando mis vecindades

de sabandijas y hedores

de joyas harto ancestrales

y de malditos temores.

El vuelo de la noche, de Sol Lora

EL VUELO DE LA NOCHE
(VERSIÓN GANADORA DE RETO
EN EL GRUPO AL ABRAZO DEL SONETO)
Llegó la noche vestida en luna,
¡luna lunera!, rezó en su altar,
besó la tarde, se izó fortuna…
Noche de luna prendida al mar,
hacia el encuentro subió a la duna
a ver el rostro de añil sin par…
De azul silueta llegó oportuna,
suave el arrullo, oración lunar,
que al arrebato meció la cuna…
¡A los amantes veló en su hangar!
Pasión que al beso preñó en gozo,
¡volando al sueño, logró rebozo!
Llegó la noche vestida en luna:
¡Noche de luna prendida al mar!,
de azul silueta llegó oportuna
¡A los amantes veló en su hangar!

19 de abril de 2013

Guinea Bissau: meca del narcotráfico, de José E. Mosquera


Guinea Bissau: meca del narcotráfico

  José E. Mosquera
Es tan poderoso el avance del narcotráfico en el mundo, que un país tan ignorado y poco conocido por muchos colombianos como Guinea Bissau, uno de los 10 países más pobres del mundo, ubicado en el corazón de África occidental, se ha convertido en uno de los enclaves más estratégicos de las nuevas rutas del narcotráfico que se mueve de Latinoamérica hacia los mercados de África, Estados Unidos y Europa.
De acuerdo con los informes de la Oficina de la lucha contra las Drogas y el Delito de la ONU, más del 35% de la cocaína que se consume en Europa llega de Latinoamérica, a través de países como Guinea Bissau, Senegal, Guinea Ecuatorial, Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil, Burkina Faso, Togo y Benín. Países que sirven de puntos de tránsitos en el triángulo del comercio ilícito de las drogas entre los tres continentes.
Se señala que Guinea Bissau por su localización geográfica y por la ausencia de sistemas de vigilancia y control en las islas que tiene en el océano Atlántico, se ha transformado en uno de los más importantes paraísos del narcotráfico latinoamericano en África. Informes que también coinciden con los últimos elaborados por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes del mismo organismo, el cual indica que gran parte de la cocaína colombiana que se exporta al África pasa por las nuevas rutas abiertas desde Venezuela.

Al filo de la realidad, de Fernando Ambrosino


fragmentos de la novela Al filo de la realidad

EN ALGUN LUGAR DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, FINALIZANDO EL OTOÑO, DURANTE EL AÑO CRISTIANO DE UN MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y UNO.


El señor Rigth miraba hacia la calle desierta de aquella tarde de domingo. A través de él, pasaban en ese momento un sinnúmero de vagas imágenes de lo que había sido su vida.
Era un hombre relativamente joven, nacido allá por el 45.
Mientras, sobre la calle de aquel departamento de Ayacucho caía una imperceptible llovizna. Esta no hacía más que acentuar esa sensación de vacío, por la que nuestro hombre estaba transitando.
Toda su existencia la había invertido, luchando tras la búsqueda del bienestar, del equilibrio, del crecimiento moral y, hoy, en ese mismo momento, se acababa de dar cuenta, que una vida bien vivida no es precisamente aquella en la que se cumplen objetivos, en la que se llega a “metas”, si esto no va acompañado de algo que por desgracia no se compra. Ser protagonistas de nuestra propia existencia.
El placer de poder disfrutar de cada instante como si fuese el último, de vivir la angustia de lo inesperado, percibiendo como la adrenalina corre por las venas.
Si alguien, al menos en pequeñas pinceladas, no cuenta durante su paso por nuestra bendita tierra con esto, será simplemente un espectador, de lujo, pero espectador al fin.
De pronto sintió que todo se desbarrancaba, que había perdido el timón, que iba por el rumbo incorrecto. Se vio sentado por  un momento en su sillón del diario, donde día a día golpeaba la vieja máquina de escribir tratando, tras su fachada de crítico y analista de arte y espectáculos, poder evaluar las obras de quienes en el fondo, y muy a su pesar, habían tenido el coraje de volcar al papel experiencias, fantasías, vivencias y frustraciones.
El hablaba de otros, de lo que hicieron otros……
La noche caía sobre Buenos Aires.                                                                                                                        
Lo sorprendió el neón  de una marquesina cercana, mientras las primeras sombras inundaban la habitación. El lugar había tomado con la penumbra una imagen algo mística.
Toda la decoración del ambiente era pesada, sobria, con casetones de madera forrando las paredes, una gran biblioteca con dos pequeñas pantallas. El mobiliario contenía solo lo básico, escritorio, un sillón, una mesita, y un par de sillas todo en estilo Victoriano.
Así, meditando, cayó en la cuenta que el tiempo había pasado, que ya era de noche, y el último hilo de luz solar se terminaba de marchar.
Se alejo de la ventana y fue hacia el escritorio a encender la lámpara. Miro el reloj: 19,00 hs.
Pensó en la necesidad de revertir la situación, de darle una vuelta de tuerca, de intentar hacer algo que de por si modificase, de alguna manera, al mundo que lo circundaba. Poder salir, de una vez, de la gris butaca de observador, en la que se encontraba sumergido.
  Así fue pasando el tiempo, mientras iba penetrando en un estado de letargo. No de sopor, que irremediablemente te lleva al sueño, sino por el contrario de concentración, una sensación que podría tener algún paralelismo con el autismo, en donde el mundo exterior pasa a estar como mucho más atrás, y solamente queda en la superficie de la conciencia uno, simplemente uno y sus pensamientos.
Seguramente, cada oficio tiene aquellas herramientas que te ayudan a encontrar el pulso justo para lograr la tan ansiada musa inspiradora, como por ejemplo para los actores es la memoria emotiva, capaz de hacer caer en una profunda tristeza a estos, con la mochila de sus personajes a cuestas.
Aunque, si bien todo lo anterior es cierto, no surge de la noche a la mañana, como por generación espontánea.
La capacidad de aislarse, abstraerse, desde luego es una gimnasia que sin dudas, necesita mucha dedicación sobre todo para alguien que siempre participo en el otro “bando”.
Volvió a la realidad. Había estado al menos dos horas delante de la maquina, sin lograr dar forma a ningún texto con el que escalar hilo narrativo alguno.
Recordó la canción de Serrat, aquella en la que la musa viajó de vacaciones y se conformo con el valor de aquel primer intento, pensando en que si persistía seguramente pronto lograría su cometido.
Arranco el papel de la maquina y lo tiro al cesto. Se preparo un sándwich, un vaso de coca, y enfilo por el pasillo hacia su habitación, con el fin de enganchar alguna peli  que lo fuese, de a poco, llevando al sueño.
                                                                          HOJA 1                                                                                            
Sonó el despertador: Las seis y media de la mañana.
Poco a poco el sonido lo fue acercando a su autentica cotidianeidad, sacándolo de un sueño del que no estaba seguro hubiera querido volver.
Como un acto reflejo propio de alguien con hábitos de conducta ineludibles apago semejante tortura y comenzó a acomodarse los huesos, con el infaltable “crack” de su cuello.
Por un momento le paso por la mente la idea de dejar todo y seguir durmiendo. Se pregunto qué pasaría si eso sucediera. Nada, seguramente lo llamarían del diario y tendría que inventar alguna excusa para la que coartadas no le faltarían.
Se sacudió por enésima vez la modorra y en un esfuerzo supremo se levanto.
Sintió un escalofrío al atravesar el pasillo rumbo a la cocina. Cayo en la cuenta que afuera era pleno invierno y que además, en esta época, con la estufa del dormitorio no alcanzaba.
Instintivamente, miró el almanaque de la pared: 9 de junio de 1991, - Para peor, lunes, se dijo.
Colocó dos tostadas en la maquina, puso el café a calentar y enfilo para el baño.
Al mirarse en el espejo, sintió un casi inevitable paralelismo con aquel, “El show debe seguir”, que tan maravillosamente dirigiera Bob Fose, así que chasqueo los dedos y se estimulo con la idea que al menos el todavía podía desarrollar un proyecto de vida sin el riesgo de morir en el intento.
A medida que se iba despabilando acelero el proceso para salir. Paso por el quiosco de diarios y compro un ejemplar de “Pagina” y otro de “Nación”, acto casi compulsivo porque tenía todos los ejemplares a su disposición en la redacción. Igualmente lo hacía para informarse al menos escuetamente de la actualidad y no ser así “madrugado” por algún compañero al llegar al diario. Bien se podría llamar histeria profesional.
Se “tiro” del colectivo y antes de entrar compro en la esquina su clásico paquete diario de Marlboro suave box. Caminó lo más rápido que pudo hasta el ascensor para evitar tener que saludar a cincuenta personas, sin lograrlo con una o dos que lo fueron a cortar *“con los dos pies hacia adelante”.        
Se encerró en su oficina, y ya tenía sobre su escritorio todas las revistas de actualidad de la semana. De ellas, en más de una ocasión, extraía el pie para algún editorial.
Pero ese día no tenía ganas de leer.
Recordó su fúnebre tarde de domingo y le vino la necesidad de hablar con alguna voz amiga, alguien que le sirviese de oreja, pero que al mismo tiempo jugara en el mismo bando.
Habiéndose quedado todo el feriado en su casa, reparó en el detalle que no conversaba con alguien desde el sábado a la noche, momento en el que había ido con unos colegas al preestreno del último filme de Almodóvar que se presentaría en cartel a partir del jueves venidero.
Golpearon a la puerta.  
-Pase, grito
-Buen día, Ale -¿Estas ocupado?
-No, Jorge, pasá, pasá y cerrá la puerta.
-¿Qué pasa? -¿Algún chisme suculento? mirando la cara de su amigo, con expresión de que se callara de una vez.
-¿Entonces? Insistió Jorge, haciendo caso omiso.
-Pasa que toque fondo y la verdad es que lo visto no me gusto para nada…
-No te hagas problema viejo, después de un domingo de invierno y con lluvia como el de ayer, hay que tener mucha guita para que la pálida no te moleste.
-Pero mirá, ya que tenemos la posibilidad de ser vagos pero con carnet, porque no nos cruzamos enfrente y nos tomamos un “feca,”-¿Te parece?
Salieron del diario y enfilaron hacia un bar ubicado en el “bajo” y Tucumán, típico lugar de paso rápido, reuniones de trabajo y encuentros non santos.
-Bueno, cuando te corte estabas en el fondo y -¿Que viste?
-¿Qué queres que te diga? -Me di cuenta que era un tipo hibrido.
-¿Cómo es eso de hibrido?-Pasamelo al idioma barrial. -Si negrito sin vida, sin algo, sin un mísero motivo en la vida que me haga vibrar, sacudir el apresto que nos da la rutina, que paulatinamente nos acartona y de alguna manera nos paraliza.
-Pará, pará, no hables tan largo que te pones patético, -¿Te diste con algo, empezaste con algún tratamiento?
- No boludo, -¿Vez como sos? -¡Así no se puede hablar en serio!
-Escúchame Ale -¿Podes parar la moto un minuto? -¿Vos tenes cuarenta y seis, si?

*En el futbol, agresión punible de tarjeta.                      HOJA 2

-¿Vivís solo, si?
-¿No estarás necesitando cierta compañía, permanente me refiero, que no tenés?
-No negro, no es eso.-Tal vez, para serte sincero, si yo tuviese esa compañía, “permanente” a la que te referís, tendría evidentemente otras prioridades. -La cabeza, al tenerla ocupada en el día a día, permanecería un poco menos libre para utilizarla con planteos existenciales. -Naturalmente, no hubiese tenido un domingo como el de ayer.
-¿Pero? Lo interrumpió Jorge.
-Pero eso no quita todo lo que yo siento con respecto a mi vida. -Cada palabra que te he dicho hasta ahora fue perfectamente razonada, y no propia de un trasnochado sino racionalmente pensada y elaborada.
-Esto es algo que me viene horadado desde hace largo tiempo, Jorgito.
-¿Desde la muerte de Claudia? Inquirió Jorge.
-Negrito: Vos sabes perfectamente lo que fue Claudia para mí. -A partir del accidente mi vida ya no fue la misma.
-¿Pero fundamentalmente, se te agrando la cama, o miento?
-¡NEGRO! -¿Me queres hacer calentar? -No juegues con los recuerdos de esa manera.
-Lo único que quiero es que cambies esa cara de mierda que tenes hoy. -Si te ofendí, o sentís que no respete el recuerdo de Claudia, te cuento que nada estuvo más lejano de mi intención.               -Además, no te apropies del dolor como si fuese de tu patrimonio porque ya sabes muy bien lo que significaba la flaca para todos nosotros.
-SI, está bien. Se disculpo Alejandro.-Pero…
-Pero nada, Ale, afloja. -Necesito de alguna forma hacerte ver las cosas de otra manera.    
-Entendé esto amigo. -Ni siquiera Robinson Crusoe pudo abstraerse del mundo y al final de cuentas, todo lo que sufrió y aguantó fue simplemente para poder soportar el tiempo suficiente hasta que alguien lo rescatase.
- Creo que llego el momento de volver al  servicio activo, Ale, porque te quiero te lo pido, desempolvá el almidón y conectate con el mundo.
-Pero negro, replico Alejandro. -Yo no quiero de ninguna manera desconectarme del mundo, simplemente quiero cambiar, dar un giro.
Mueca y silencio de Jorge -Y una forma de conectarte con el mundo sería dejar de hacer ese papel de ermitaño que no te queda bien.  
-Tal vez tengas algo de razón, prometo al menos pensarlo,- ¿Te parece? aflojo Alejandro.
-Mira, mira, nos conocemos desde hace el suficiente tiempo como para tener la autoridad de intuir que detrás de todos estos nubarrones negros hay algo más -¿Que movida estas elaborando?
-¿Vos tramas algo, porque no largas prenda?
-Mira, la verdad, Jorge, es que me vino el impulso de sentarme a escribir.
-¿Escribir? -Pero si no has hecho otra cosa en los últimos veinte años.
-No fui claro, quiero decir, escribir mi propia obra.
-¡PERO ESO ES UN NOTICION! -Amigo, hubiésemos empezado por ahí -¡La verdad es que me pone muy contento la noticia! -Pero decime, -¿Tenés algo en mente?
-Se adonde quiero llegar. Seco Ale -Pero no me pidas mas detalles porque por ser un ermitaño, ye conté bastante.
Jorge, sonriendo -Es verdad, Ale, y me pone muy feliz.-Se me ocurre una idea, porque no te venís el viernes a cenar a casa y se lo contas personalmente a la bruja, le va a encantar la noticia.
-Me parece una idea bárbara, llevo postre.
-Flaco, Disculpame, lo cortó Jorge,  pero si no vuelvo a la oficina rápido, me matan, el jefe ya debe haberse apiolado de mi ausencia, y no son épocas para estar haciéndose el pelotudo.
-Si, por supuesto, no hay drama, Negrito, y de paso, mientras subimos, vamos hablando un poquito de futbol. -¿O para eso si es buena época para hacerse el señor que vos acabas de invocar?
Los dos se fueron riendo, mientras cruzaban la calle, de regreso.

Selección de poemas del poeta dominicano Carlos Juan Méndez


Este amor

“...Este amor bello como el día.
y malo como el tiempo
cuando es malo el tiempo…” Jacques Prévert

Este amor que me une a ti determina cosas
que antes no imaginaba alcanzar,
porque creo en el sentimiento que causas
con esa incidencia que me hace avanzar.

Y supero lo más crucial cuando llegas
a lo más recóndito de mí abriendo surco al azar,
en plena y serena actitud que expresas
con ese entusiasmo que tu rostro sabe esbozar.

Y te siento tan espontánea cuando me confiesas
tiernamente lo que sientes y deseas realizar,
que me aferro tan ferviente a lo que piensas
y a los sueños que contigo puedo abrazar.

Por este amor que crece en las promesas
y en el eco intrincado del tiempo a empezar,
haciéndome más viables las horas intensas
de mi fragor absorto en este andar a afianzar.

Carlos Juan Méndez

15 de abril de 2013

Despidiendo al dolor, Tania María Cabrera Pérez

Tania Maria Cabrera Pérez



Nací en Buenavista, un sitio de mi querida Habana...
Esta actriz, que además es coronada por los dioses, desde nacimiento vidente, inicia su carrera ya de muy pequeñita en la Habana, ciudad que la vio nacer. Proviene de una familia de músicos, poetas y "locos". Se ha subido a muchos escenarios por todo el mundo, ha escrito poesía y aparecido en diversos programas de TV en Latinoamérica. Ha dirigido grupos de teatro, realizado performances para varios pintores y está dentro del libro de los 1000 artistas más reconocidos de Cuba. Otro de los medios en los que ha aparecido es en la radio, donde llegó a tener su propio espacio.
En la actualidad vive en España, donde combina sus consultas como vidente y sus apariciones en medios. Destacamos de Tania Maria su gran fama como vidente de muchos personajes famosos.

Despidiendo al dolor
Cuando estés lejos,
invitaré a los amigos
a una fiesta por tu retirada,
me beberé de un golpe
todo el anochecer de las paredes,
se hará
la luz
sobre mi ilusorio cuarto,
podré respirar sin remordimientos,
correr descalza por el tejado.
Cuándo estés lejos
tomaré tu palabra y la haré
cruzar la avenida,
en ese instante
el vehículo de la cordura,
aplastará tus letras
y quedarán cual paso de cebra
para el transeúnte,
alguien quizás...
te salte
otros quizás.....
te pisen,
yo
procuraré usar zapatos antiletras
para no contraer enfermedades
venéreas.

13 de abril de 2013

Trastornos de alimentación, Eduardo Nabal Aragón


TRASTORNOS DE ALIMENTACIÓN



 




Toda conversación empieza con una mentira
- leyó Cathy y luego apuntó la frase en su cuaderno de pastas duras y rojas. Lo llevaría consigo si la volvían a ingresar en aquél tétrico hospital. Una posibilidad que debía tener en cuenta. Que la volvieran a meter o que regresara voluntariamente allí. Respiró, cruzó las piernas y apartó la caja de donettes empezados. El chocolate que los recubría se había quedado petrificado. Miró la portada de "Fotogramas", desde dónde Charlize Theron le lanzaba una mirada desafiante. La revista se había cubierto de las migas de los últimos donettes. Pastelillos de crema y azúcar. Toda conversación comienza con crema y azúcar- se dijo a sí misma, mientras cerraba el cuaderno y lo metía en el cajón dando un golpe. Sobre la mesa sólo estaban los donettes, el flexo viejo y el cuerpo embutido en un vestido rojo, provocativo, sexy, de Theron. "En tierra de hombres", leyó y entonces pensó en Raúl. Hoy no había apuntado las cosas positivas que le habían pasado, las cosas que había cumplido y había hecho bien ese día, como le había mandado él. Pero Raúl, que tenía su consulta tres calles más allá de dónde ella vivía con sus padres, le pareció increíblemente lejano. Ahora mismo estaría jugando al mus con los amigos en algún café o viendo el fútbol en su casa. Más lejano aún que Theron y su vestido, caro y escotado, nominada a los oscars. Hoy no escribiría nada para Raúl, ni para mejorarse. Se levantó de la mesa, que empezaba a agobiarle, y se tumbó en la cama a seguir leyendo.

Las estrellas son negras, de José E. Mosquera


José E. Mosquera*

Las Estrella son negras






Está en circulación una edición más de la novela "Las estrellas son Negras". Esta vez, bajo el auspicio de Intermedio Editores de la Casa Editorial El Tiempo. Por primera vez, hace 65 años se publicó esta novela urbana que devela un profundo dramatismo en el desenlace de una historia que comienza a las tres de la tarde y termina a las seis de la mañana del día siguiente en la ciudad de Quibdó, capital del Chocó, en la región del Pacífico colombiano, en donde se sintetiza el drama de la marginalidad y la injusticia social que agobia a la sociedad chocoana, una de las pobres de Colombia.

Una trama que se desarrolla en un kilómetro cuadrado, lo que sucede en ese espacio y en ese tiempo es hablar del hombre, sus problemas, sus sueños, su vida íntima, su fuerza, su vigor, sus esperanzas y sus luchas por alcanzar mejores niveles de desarrollo y satisfacción colectiva y personal en todos los sentidos. En efecto, a través de la fatalidad del hambre y la falta de oportunidades económicas, sociales y políticas que sufre su protagonista Irra, el autor hace un análisis histórico y sociológico profundo sobre las secuelas de la desdicha que sufren los desposeídos en una sociedad clasista e indiferente con el sufrimiento humano.

Habla de la indolencia del centralismo estatal ante crisis social de un pueblo agobiado por la desventura y el abandono, y hace una crítica descarnada de los niveles de corrupción en una sociedad dominada por la inmoralidad y la mediocridad de una clase dirigente que no asume con responsabilidad el liderazgo en la conducción de los destino de una región que requiere de grandes transformaciones para salir del atraso.

Esta novela es un testimonio del abandono a la vez una protesta contra la negligencia del centralismo y la incapacidad de la clase dirigente regional de liderar el progreso de una comarca que se debate entre la inopia y la displicencia estatal.

Por la manera como el autor describe la realidad y con la hondura que expone el drama y la naturalidad que plasma el realismo, esta novela debe ser un texto obligado para los investigadores y los estudiosos de las ciencias sociales que quieren comprender con mayores elementos de análisis la realidad social del Chocó, por consiguiente, en muchos pueblos marginados del Tercer Mundo.

Raymond L. Williams, en su libro la "Novela y el poder en Colombia" que trata de la evolución de la novela colombiana, seleccionó a Las estrellas son negras entre las mejores novelas escritas en Colombia. De hecho, Las Estrellas son negras, es una novela que tiene un extraordinario valor narrativo y que "presenta una visión auténtica de la raza negra y de algunos elementos residuales de su oralidad". El autor es Arnoldo Palacios Mosquera, un novelista, poeta y cuentista colombiano nacido en 1926 en la vereda Ibordó entre la selva y los ríos en el municipio chocoano de Certegui y residente en París.

La novela es sin duda una autobiografía de su autor, quien dice," empecé a escribir cuando me encontré en la miseria, sin nada más que hacer. Nadie me daba oportunidad, todas las puertas estaban cerradas. Entonces, dije si los demás hacen y no dejan de hacer, hago yo solo. Así nació la novela". Además, es autor de otras novelas que han sido traducidas a varios idiomas como "La Selva y la Lluvia"," El Duende y la Guitarra", "En busca de mi madredios". Esta última una autobiografía de su infancia en el Chocó.

Un hombre que explica el devenir de su infancia en las penumbras de las abrumadoras selvas del Chocó y relata sin tapujos cómo nació su vocación de escritor, "a mí me llevó a escribir, probablemente, el hecho que en mi infancia sufrí un ataque de poliomielitis que me atacó sobre todo las piernas, los músculos motores, yo tenía dos y ya caminaba, me fui a bañar y en el río me atacó el virus, pero después ya no pude caminar, no pude correr por el pueblo como lo había hecho siempre, ni ir al río a bañarme con mis amigos".

Mi marruecos, de Eduardo Nabal Aragón

MI MARRUECOS



Abdelá Taia ha saltado al escenario internacional y, sobre todo, francófono gracias a su escritura límpida, original y sincera. En su primer libro Mi marruecos nos narra su infancia, adolescencia y juventud y su camino de un lugar más bien empobrecido de Marruecos al París donde estudia y trabaja. En ese trayecto (su sueño es ser "director de cine" y se confiesa admirador de Almodóvar) llegó la escritura como forma de exorcizar los recuerdos e ilusiones perdidas o cumplidas de un joven marroquí señalado ahora en su país por hablar con sinceridad de las relaciones íntimas entre hombres, la masculinidad y de su propia homosexualidad. El libro de Taia carece de la crudeza de El pan desnudo de Mohamed Chukri y narra un trayecto algo más plácido y menos marcado por la violencia pero igualmente limitado por la falta de recursos económicos y el estigma racial y sexual. La escritura cristalina, por momentos musical de Taia impregnan las páginas de este Bildugsroman (o novela de iniciación) que es sobre todo la historia de un viaje íntimo y emocional, interno y externo, de oriente a occidente, de la infancia a la madurez. Su conmovedor acercamiento a la cultura, los libros y las películas desde un mundo sacudido por la ignorancia y la superstición nos acerca a los personajes dispares de su familia (su madre, sus hermanos, tu peculiar tío materno, sus primeros amigos, sus mitos…) y a los nuevos lazos sentimentales y sueños que le brinda Francia a alguien orgulloso de sus orígenes pero crítico con la interpretación fanática del islam. Admirador de Almodóvar y Agustín Gómez Arcos esta joven promesa nos descubre un prosista original que sueña con ser realizador de cine.

Charles Baudelaire, de Francisco Muñoz Soler




CHARLES BAUDELAIRE




(( Belleza, inmenso monstruo, pavoroso e ingenuo.

Si tu mirar, tu risa, tu pie, me abren las puertas,

de un infinito que amo y nunca conocí))







CH.B

Llegaste a un mundo de sombras

llenas de bellezas y luces

a una realidad de voluptuosos placeres

apagados por las miserias

de una especie que se atenaza

con los fantasmas de sus sueños

que tiene miedo de sus propios destellos

y reemplaza el hastío por la belleza.

Hiciste de tu poesía símbolo de rebeldía

contra los ordenes inamovibles

que atenazaban los manjares de la vida.

Tu poesía, belleza siniestra y fría

defensora de lo ingenuo, amante de lo infinito

habitante de borrasca que riega la vida.




(( El poeta es igual a este señor del nublo –Albatrossus

alas de gigante no les dejan caminar))







CH.B

Exiliado de tus contemporáneos

siempre apartado,

sumergido en la siniestra sordidez

de un mundo marginal y oscuro.

Sacudido por la confusión

que produjo en ti las incomprensiones

de un mundo estrecho e intolerante

hiciste de tu poesía la fascinación

de una realidad agresiva

desenmascarando el falso pudor

de tu sociedad, famélica de placeres e ilusiones.

Sombríos y violentos son los acordes

de tu genio, todos ebrios

de imaginación, deleites e incomprensiones.




((Yo sé que reserváis un sitio a los Poetas

en las gozosas filas de las legiones santas))







CH.B

Paola y los perros, de Eduardo Nadal Aragón


PAOLA Y LOS PERROS





 
Inspirado en un hecho real



Paola tenía dos perros. Ahora ya sólo le queda uno. ¿Cómo y cuando sucedió esto? Una tarde volvía del trabajo a casa, agotada. Los tacones parecían pesar más de lo habitual sobre la madera cubierta de arenilla del portal. Subía suspirando, con su mono de cuadros azul turquesa y su pelo largo y sedoso algo estropeado por la llovizna y el cansancio. Al entrar se encontró a Luís, su pareja, más borracho de lo habitual, tendido en el sillón raído, frente al partido de fútbol. Un partido que había permitido que muchos de sus compañeros no acudiesen hoy al curro sin tener que dar explicación alguna. Un partido que había acabado con resultado desfavorable para el Real Luís Madrid. Presintió que tenía ganas de bronca. No era la primera vez. A pesar de todo ella lo saludó con su tono dulce y le pregunto con su voz aterciopelada ¿Qué tal el día? Pero él se levanto bruscamente de la mesa del saloncito, tirando al suelo las botellas de Mahon que había dispersas allí. Paola se dirigió directamente a su cuarto pero fue inútil. Luís estaba hecho una fiera. Aporreó la puerta con todas sus fuerzas y finalmente consiguió abrirla. El cerrojo llevaba mucho tiempo sin arreglarse. No había tiempo ni dinero nunca para ello. Empezó a golpearla. Tampoco era la primera vez que esto ocurría pero esta vez estaba como loco. Le dio un puñetazo en un hombro que no le dolió especialmente pero que logró asustarla del todo. Paola logró zafarse y corrió hasta el baño, donde si pudo encerrarse unos minutos, allí si había un pestillo firme. Tuvo tiempo para recordar que aquella mañana se había dejado el móvil junto al lavabo, después de maquillarse y que esa era su oportunidad. Marcó el número de la policía y luego se sentó en la taza del váter tapándose los oídos para no oír los gritos y patadas que Luís propinaba, con cada vez más saña, a la puerta del servicio. La policía no tardó en presentarse. Luís se resistió pero finalmente tuvo que abrir la puerta ante las firmes amenazas de éstos de echarla abajo. Cuando entraron ella se armó de valor y salió del baño. Los agentes rodearon a ambos. Su compañero seguía borracho y con expresión desencajada, pero no parecía muy nervioso. Paola tartamudeó un poco pero enseguida pudo contar algo de lo sucedido a los agentes. Los policías, tres chicos y una chica de diferentes edades, la miraron como sin comprender de qué hablaba, con ademanes prepotentes y poco amistosos y les pidieron a ambos la identificación. Le devolvieron el carnet a Luís sin decir nada pero cuando se fijaron detenidamente en el de Paola la cosa cambió. Su nombre legal no se correspondía con su aspecto actual. El sexo que revelaba documento no era el adecuado para sus maneras suaves y las grandes curvas de su cuerpo, ni su cabello largo ni sus labios pintados de carmín rosa pálido. ¿Pablito, eh? Vaya fraude, dijo socarronamente el más joven de los tres agentes. Entre dos de ellos empezaron a empujar a Paola y la esposaron. Ella protestó, sollozó , les suplicó que al menos le dejaran llevarse la medicación y dejar agua y comida a los perros, ya que Luís nunca se ocupaba de ellos. Entonces uno de los chicos la llamó "travestón" y la chica, no mucho más considerada que el resto de sus compañeros varones, añadió "seguro que tienes antecedentes penales". Entre los cuatro la empujaron a la salida, sin oír sus protestas. Uno de los perros de ladró con hostilidad a los polis y se acercó a morder a uno de ellos como en señal de protesta por lo que estaba sucediendo, pero Luís le dio una patada, para hacerlo callar, satisfecho con el resultado de lo sucedido. El perro lanzó un breve gemido. Paola dentro del coche celular apenas podía creer nada de lo sucedido. Lamentaba haber marcado ese número. Era como si se hubiera quedado dormida mientras esperaba su salvación, sentada en la taza del váter, y se hubiera sumido en una extraña y brutal pesadilla de la que no sabía como ni cuando iba a despertar. Las muñecas le dolían, ya que la forma en que dos de los chicos le habían puesto las esposas había sido lo más brusca posible y además de las muñecas tenía los rojos enrojecidos por un llanto que no acababa de salir. Trató de entablar diálogo con los policías que se sentaban delante, de explicarles bien lo sucedido, que no tenía antecedentes penales, que ella estaba siendo agredida, pero estos encendieron la sirena del coche para no tener que oírla. Una verja de silencio de interpuso entre ellos.

6 de abril de 2013

Degustaciones, de Eduardo Fernández Fernández


DEGUSTACIONES

Me gusta entregar justo cada noche,
cuando el cansancio exige del amor,
la magia de mis dedos 
en tus negros cabellos,
hambrientos de caricias,
sedientos de besos
y que juveniles eclosionan
desde tu nuca titilante.

Me gusta que me llames 
desde el sur de los sures
y me pidas lo innombrable,
que flexiones tus rodillas,
que se turja la espuela
dentro de su nido de ovas,
como un cubil de hormonas.
Hacer real todo ese imaginario 
que guardaste
en arcón con llave:
lo más luminoso 
de humana definición.

Me gusta tu asertividad
sin tabúes ni teorías. 
Los pactos de silencio.
El eco de tus axilas. 
Y esa espalda cuajada de gemidos,
cuando estamos en unión:
puente sin artificios,
vascularidad que mueve
rostros ensimismados
hasta las piernas como lianas.

Me gusta el sabor de tu precipicio
que es como abismo total:
tan dulce para mi lengua 
ansiosa de tu miel,
donde suelo depositar ardor
cual noria perpetua.


© Eduardo Vladímir Fernández Fernández
12 de julio de 2012

Hola, que tal, mi nombre es América, de Robert Moreno

HOLA QUE TAL MI NOMBRE ES AMÉRICA
Dos pedazos de Europa
uno más viejo que el otro
como dos pedazos de luna
deciden separarse, y dejar su amor profano.
De una relación larga de gays…
América el hijo adoptado
se queda con Europa, el más joven.
Así el niño queda llorando, pues no tiene ahora a sus dos padres.
Lágrimas de leche recorren en el pecho del infante
testigo resquebrajamiento de un amor humano.
Llora en el bosque los liliputienses
ya no moran por estos valles encantados.
La tecnología es hurtada
por manos de Europa la vieja.
La otra mitad más joven se lamenta.
¡Todo el tiempo perdido!…
¡Todo el tiempo dado!…
Un suspiro de macho
es roció de piedra.
La nobleza se vuelve rio…
Todos pagaran por beberla.
De las escaleras soberbias…
Hoy, la gran mayoría rueda en ellas.
Aun Europa joven, cierra sus ojos en espera
sueña suspirar, como abrazar su blancura.
Ellos son de una sola alma diáfana.
Ellos son abuelos de mis nietos no engendrados.
Mis manos son tan pequeñas
fácil sería, si los fundiera, si ellos fueran de queso…
¡Hola que tal!…
Mi nombre es América.