El pez, al migrar, recupera el oro
de los días. Es, a contracorriente,
el rizo de la espuma y lo que en la espuma
se delinea. Límite excedido
hacia el libro inmenso,
abierto en el capítulo de la fructuosa fatiga.
Marcha veloz, urgida, urgida línea recta,
sumergido en cuanto por ansia
de vida se revuelve y fermenta,
por último depositará simiente, tendrá su cría.
Imagen adjunta: Joan Miró, Pez cantor.
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"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.