Autor: Carlos Barbarito
Quien destila anhela agua espesa,
quien almuerza en el perfecto festín,
invoca a las cenizas, quien se arriesga
en el infinito desea una pequeña casa,
donde cada cosa esté a un paso de la otra.
Oigo hasta el zumbido del insecto
más remoto, pero la enfermedad está en mis oídos,
espera con infinita paciencia manifestarse.
Lámpara apagada en el vacío luminoso,
vacío oscuro con una lámpara encendida:
ya no sé si traigo vértigo o estrella fija,
si soy flor tumbada en la arena,
tal vez beato que se tiende en el camastro
y sueña con espléndidos bodegones.
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"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.