"Bait"
Pintora cubana Sheyla Castellano Romero
¨Deborah¨ (cuento)
Autora: Juliana López Janeiro
El astròlogo lo habia profetizado, lo escuhè algo escèptica, en tanto pensaba por què diablos en cosas a las que luego no daba crèdito.Gastaba mi dinero.
Cuando lleguè a su casa, nada en ella anunciò el màgico embrujo que mi mente perseguìa, para mi gusto faltaba ambiente, por el contrario, el moderno confort reinante solo hablaba del lucrativo oficio de aquel viejo que ahora me aobservaba con perpicaz insistencia.
Emitiò su risa en la mas baja octava sonora, me sentì sorprendida, supe que aquel viejo alquimista, cuyas mil arrugas tratè de enumerar, habìa tocado con su energìa mental la dèbil barrera ofrecida por mi, dejandome, para mi asombro,desnuda a la lectura de mi sino.
Me condujo hacia un aposento contiguo y en el umbral de la puerta la quietud invasora anunciò nuevas sorpresas. Creì hallarme en el corredor de la vida, a punto de correr las cortinas del tiempo y sumergirme, confiada, en los grandes misterios.
El viejo hablò con su voz arcana, al observarlo experimentè un sobresalto, su piel habìa perdido el brillo ante lo consumido de sus carnes, tomando su huesuda anatomìa un tinte amarillento que le daba cierto aire de un ser momificado. Enumerò todas las ciencias de adivinaciòn por èl conocidas,asì supe de la Aeromancia, Aritmancia, Cartomancia y muchas otras por mi ignoradas. Como su objetivo era que yo me inclinase por una, le explique que no, yo solo deseaba lo que en su tarjeta de presentaciòn ofrecìa, la astrologìa, tan solo interesaba conocer mi carta astral.
Zumbò como una aveja, despuès de interrogarme en cuanto al dìa, el mes, el año y la hora de mi nacimiento y sacar algunas cuentas, trazò en una hoja una circunferencia que vi lenarse de rojas y azules rayas, unas veces paralelas y otras entrecruzandose. Moviò la cabeza con gesto negativo y me anunciò la pobre vida que tendrìa bajo la mala influencia de las lìneas negativas que predominaban para mi desgracia.
Mi alma debiò estar en mis ojos, porque el viejo viò en ellos mi descontento y la firme determinaciòn de cambiar al menos la hora de mi natalicio, hasta encontrar la carta de mi agrado; a fin de cuentas nadie acude a consultas para oir cosas desagradables, sino para ser engañados por la buena ventura. Yo deseaba viajes, paseos, y aquella carta astral se alejaba decenios de mis aspiraciones.
Tomè la hoja que me tendìa, di las gracias y me dispuse a la partida. El viejo me detuvo con un gesto en su mano, para explicarme, que al ponernos en contacto con el Ser Supremo, mediante nuestro espìritu interno,algo del destino puede ser cambiado a nuestro favor, y esto al menos serìa una ayuda: Yo tenìa una ventaja, dijo, a los 29 años, ni uno mas ni uno menos, a las 2:45 am. Hora en que este año cumplìa esa edad, Venus, mi planeta regente, volverìa a presidir la noche en la cùspide de la esfera celeste y junto a una luna llena se reproduciria la extraña conjuciòn de astros ocurrida en mi alumbramiento.Ese dìa podria ver mi alma y develar sus misterios,comprobar lo vaticinado y por el pedir ayuda. Eso si, deberìa acogerla como un niño lo harìa, pensando en la maxima oculta emitida por San Marcos en su Evangelio. Esta opportunidad tendria que aprovecharla pues solo se presentaria pasados otros 29 años. Este era el tiempo que tardaba en acontecer la insòlita convergencia.
Aunque en ese momento no prestè oidos y hasta me burle a la salida, libre al fin de la rara influencia que ejerce el viejo sobre mi, a medida que pasaban los dias y corria el calendario engullendose los meses, viendo aproximarse el momento anunciado comence a ponerme ansiosa y ya por una cuestiòn de curiosidad, involuntariamente aguardaba el instante.
El penùltimo dìa amanecio conmigo y me mantuve pendiente al reloj, robandole el tiempo con los ojos, tirando de las horas a punta de impaciencia para acercar la noche. A las 12 lo dispuse todo segun me habia explicado el viejo, que no solo tenia de astrologo sino que tambièn de un marcado complejo de hierofante, el espejo grande, dos candelabros ubicados uno a cada lado del espejo con sus dos velas y ausencia total de luz que no fuese despedida por la llama ignea del fuego eterno.
En mi reloj son las 2 y las campanas de la iglesia asi lo confirman, el clic del interruptor se ha llevado la luz y prendo las velas junto a mi miedo que se inflama. Me planto ante el espejo y hago grandes esfuerzos por controlar el susto de mis rotulas que tiritan. Las sombras fantasmagòricas de los muebles me rodean caminandome al abisbo de lo esotèrico.
Me miro en aquel otro par de ojos que intenta al igual que yo descubrirme. Trnascurren varios minutos al acecho, pero no pasa nada. Es inevitable sacarle la lengua a esa que con cara de tonta aguarda como yo.
No siento miedo ya, soy yo, sigo aquì y allì, solo que por extraña ilusiòn òptica mi rostro se desdibuja y me torno cadavèrica alla tras el azogue. Los ojos y la imaginaciòn son todo, lo sè porque a continuaciòn he visto que el espejo desprende luz, una luz que envuelve mis contornos y mi apariencia de capullo, como si me incubara en ella. Que ocurrencia pensar que me puedo estar gestando en una luz como si aùn no hubiera nacido. No es un razonamiento lògico, hace 29 años que nacì y en vez de estarlo celebrando, estoy aquì comiendo mierda, perdiendo el tiempo, todo para adicionar a mi existencia un poco de aventura,dònde habrè dejado mi cerebro,creer en esto que esta por debajo de mi condiciòn pensante y la educaciòn recibida. Deberìa estar por encima de èstas preocupaciones vulgares propias de los necios. Ahora no puedo evitar contemplarme con cara de hormiga como si fuera ese animal inferior, y quien ha dicho que son inferiores las hormigas, tienen inteligencia, ya lo creo, solo ese indigena que me observa ahora lo desconoce, quizas por eso la tristeza de su rostro y ese rictus amargo tirando de sus labios hacia abajo, ante el peso de tanta ignorancia.Pero no, no es un indigena, este que me mira es un monje budista, que digo,es una gitana, cargada de collares y multitud de pulseras aprisionando secretos de todos los caminos, aunque es absurdo que una gitana tenga los brazos robustos de este digno guerrero en el espejo. Me rìo ante el desatino, o es el eco de la risa de esta cortesana de vida fàcil disipandose tras la figura emergente de este ser tan maquiavelico, bostezo ampliamente, es mi sal de aburrimiento. Estoy cansada de jugar como si fuera un niño, la palabra niño me lanza de un traspiès a la inocencia, el espejo se magnifica de un fogonazo que no atino a comprender y el destello se apaga a pesar de mi deseo. Mientras siga mirando mas verè y de seguir me inventarè 14000 rostros superpuestos como en un caleidoscopio. En el espejo sola està mi reflejo y en el mirar estàtico el distorsionamiento de la imagen.
Aquel viejo astròlogo solo me ha timado, me siento engañada, me duele màs la estafa de mi tiempo,que el dinero invertido en la consulta y en las velas. Oigo mùsica que invita a soñar, como si el universo tocara mi nota clave, vuelvo a pensar en la palabra niño ¿Dònde estarìa el secreto?
Exhalo tres suspiros sin saber por què, son tres suspiros que pueden no ser mios. !Bah, de mi alma nada!. Son las 2:45am, es la hora, ya no vendrà . Lo sè porque me he quedado dormida y puedo verlo apenada, desde donde mejor se ve, desde aqui arriba.
1995
Nota: para leer más sobre esa narradora, pincha aquí
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"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.