"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", Jorge Luis Borges
1 de abril de 2010
El avaro y el oro (fábula)
autor: Esopo el fabulista
Un avaro vendió todo lo que tenía de más y compró una pieza de oro, la cual enterró en la tierra a la orilla de una vieja pared y todos los días iba a mirar el sitio.
Uno de sus vecinos observó sus frecuentes visitas al lugar y decidió averiguar que pasaba. Pronto descubrió lo del tesoro escondido, y cavando, tomó la pieza de oro, robándosela.
El avaro, a su siguiente visita encontró el hueco vacío y jalándose sus cabellos se lamentaba amargamente.
Entonces otro vecino, enterándose del motivo de su queja, lo consoló diciéndole:
- Da gracias de que el asunto no es tan grave. Ve y trae una piedra y colócala en el hueco. Imagínate entonces que el oro aún está allí. Para ti será lo mismo que aquello sea o no sea oro, ya que de por sí no harías nunca ningún uso de él.
Moraleja
Valora las cosas por lo que sirven, no por lo que aparentan.
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"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.