"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", Jorge Luis Borges


26 de enero de 2013

Desnudez de afeites, de Eduardo Fernández Fernández


  1. DESNUDEZ DE AFEITES

    Al filtrar el telón de fondo de la noche
    quedo desnudo
    ante el espejo de muertos caminos;
    esos que ya no he de rebobinar
    ... y cuyo polvo,
    su sangre de lodo
    o nieve endurecida
    como el lustre de un blanco pastel,
    entretejen la ausencia
    vestida de memorias,
    en la sinestesia
    de la biblioteca alejandrina
    que carga bajo el arco craneal
    cada ser viviente,
    mujer u nombre,
    que reclamará sediento de savia,
    el humus del planeta
    en su ciclo inconmensurable.

    Desnudo de afeites,
    escarbando en sedimentos
    como sujeto a tortura del pentotal,
    repasando borradores del guión
    que vengo escribiendo
    como un Sísifo
    desde el agujero de los tiempos,
    desde el coro primigenio de las almas,
    desde la lumbre perdida de la última cena,
    en pos de huellas que tragó la borrasca
    unas micras antes de llegar,
    como en la clásica aporía
    del viejo Zenón.

    Nunca rebasaré a la tortuga
    puesto que seré siempre Aquiles
    y el mundo cauce fluyente,
    un río de aguas
    sin boleto de vuelta
    para redecorar osamenta,
    con muecas de felicidad.

    No obstante,
    en este diminuta gruta,
    asido a corchetes mentales,
    siento la presencia germinal
    de hoguera que adormece
    en su calidez espiritual
    y conforta mi ermita de los tiempos
    donde levito en estado de gracia:
    los ojos en blanco,
    del buen zombi envuelto en abrazos,
    acariciando la real-virtualidad de unos labios,
    mecida la cuna por mano susurrante
    de la más visceral de las nanas.

    ¿Será sueño de opio?
    Me veo sostenido
    por el cayado de Dios,
    cuya fuerza enmarañante
    en su unción de miel,
    roza con singular semejanza
    el enigma de tu vientre,
    que es morada, cobija, salitre y luz,
    eterna luz de la fusión,
    donde mi piel quisiera
    enrrollarse embrionaria
    en involutivo retorno
    hacia lo ignoto,
    mujer,
    lamiendo lo inimaginable:
    la fusión del todo y la nada.

    © Eduardo Vladímir Fernández Fernández, 25 de enero de 2013

2 comentarios:

  1. No tengo nada que criticar, me gustó la entrada, principalmente el 'clima' que genera en el lector. ¿Será sueño de opio?
    Te dejo un abrazo, ya me agregué como seguidor.
    HD

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"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.