- TERROR DE HYPATÌA
¿Qué podré pedir a los dioses de las ciencias,
quienes hicieron pensadora potente a una mujer,
cuando las barbaries ignorantes
que se hartan con licores de guerra
... como en el vulgar culto bacanal,
culpan mis dotes con los números,
silogismos y las artes del intelecto,
como matriz sobrenatural,
en traje de bruja
y seductor empaque de hembra,
de los males de mi querida Alejandría,
gran luminaria del Helenismo,
mixtura cultural que no se destilará
ni en dos milenios sucesivos?
Estoy destinada a la atroz lapidación,
como piltrafa de luz carnal desvirgada
y no habrá autoridad humana ni dios,
que pueda acorazar la fatal finitud
de mi infinita capacidad de descubrir
los mundos ocultos,
frente a la pulsión de venganza
de tantas mentes groseras.
Oh, señores de los cielos
que obsequiasteis las cuentas de mi alma,
no escalda la fragmentación brutal
del mi nicho corporal que es su jaula obligada,
sino la despiadada muerte del concierto,
del trino de finos espectros,
del que me hicisteis instrumento y voz
para el deleite de la aún incauta
especie humana.
© Eduardo Vladímir Fernández Fernández, 13 de febrero de 2013
"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", Jorge Luis Borges
14 de febrero de 2013
Terror de Hypatía, de Eduardo Fernández Fernández
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"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.