SOY VIOLÍN DEL CAMPESINO
De este cuerpo que vibra en su fulgor,
sonoras maderas amalgamadas,
brota el alma como flor perfumada
y refleja sus quejumbres el amor.
Vengo del Magreb seco y calcinante,
envuelto en azahar blanco de cafeto
y regalo al’ Andalusí mi respeto
con tensa cabellera tintineante.
Mestizo soy e hijo del cante jondo,
perla mora de pupila azabache.
No vendo mis timbres en cambalache
pues la sangre de crisol sobrepongo.
Puedo acompañar con las castañuelas
un curro taconeo en bulerías.
Y puedo más, porque repujo estrías,
en los “tablaos”, si bien se me espuela.
A América viajé como castizo
y la semilla aún mantuvo fuerzas
para reajustar nuevas las cuerdas
en las tonadas y el punto guajiro.
Teniendo mis abuelos en la Arabia,
y con padres morenos andaluces,
resueno hoy como manojo de luces
desde la América al sur de Italia.
Soy el laúd con acentos altivos,
señor rey de cantatas populares
y puesto que vengo de tantos lares,
soy como el violín de los campesinos.
© Eduardo Vladímir Fernández Fernández, diciembre de 2012
Ilustración: Murillo, “Adolescente tañendo el laúd”. Museo “Ermitage”S. Petersburgo, Rusia
De este cuerpo que vibra en su fulgor,
sonoras maderas amalgamadas,
brota el alma como flor perfumada
y refleja sus quejumbres el amor.
Vengo del Magreb seco y calcinante,
envuelto en azahar blanco de cafeto
y regalo al’ Andalusí mi respeto
con tensa cabellera tintineante.
Mestizo soy e hijo del cante jondo,
perla mora de pupila azabache.
No vendo mis timbres en cambalache
pues la sangre de crisol sobrepongo.
Puedo acompañar con las castañuelas
un curro taconeo en bulerías.
Y puedo más, porque repujo estrías,
en los “tablaos”, si bien se me espuela.
A América viajé como castizo
y la semilla aún mantuvo fuerzas
para reajustar nuevas las cuerdas
en las tonadas y el punto guajiro.
Teniendo mis abuelos en la Arabia,
y con padres morenos andaluces,
resueno hoy como manojo de luces
desde la América al sur de Italia.
Soy el laúd con acentos altivos,
señor rey de cantatas populares
y puesto que vengo de tantos lares,
soy como el violín de los campesinos.
© Eduardo Vladímir Fernández Fernández, diciembre de 2012
Ilustración: Murillo, “Adolescente tañendo el laúd”. Museo “Ermitage”S. Petersburgo, Rusia
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.