"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", Jorge Luis Borges


3 de abril de 2011

El último sueño de Vargas Llosa



Por Pedro Merino

Al parecer, a Vargas Llosa no lo debilita el tiempo. Mejor aún: le da más energía física y mental, sobre todo para escribir su último sueño, ya impreso, El sueño del celta,  (un poema épico de Roger Casement)  título muy en boga por todos los lares de la literatura universal. Esa novela histórica basada en la vida del propio  Roger Casement, apodado por algunos amigos, ¨El celta¨, quien fue cónsul británico y nacionalista irlandés, ha vuelto a levantar varias ronchas en la vida político-cultural inglesa y de nuestro tiempo.
Mediante un  narrador omnisciente  Vargas Llosa penetra el pensamiento de Casement, hace que el lector sienta más  admiración  que  asco  por la doble vida de ese intelectual que denunció, en sus viajes al Congo Belga y a la Amazonía sudamericana, la inútil esclavitud a que fueron sometidos los indígenas.



Muy bien documentado se proyecta el autor de esa novela, quien realizó múltiples viajes para confirmar ¿la vida moral e  inmoral de Casement?, también llamado ¨el Bartolomé de las Casas británico¨ por sus críticas a la Force Publique, cuyos soldados les cortaban las manos y los penes  a los indígenas, o se los aplastaban a machetazos, todo a cambio de caucho, el oro negro de esas comunidades aborígenes obligadas a trabajar.
En algunos pasajes de la novela resalta un diálogo significativo, pero no natural, sobretodo en personajes __reales__ como soldados y oficiales. Una persona corriente no se expresa como un ser letrado. Sin embargo, ello no empaña el eje de la investigación: la denuncia social o el salvajismo.
El desenlace del libro conmina a reflexionar. El chantaje de la inteligencia británica sobre la traición a la patria, el nacionalismo,  los diarios secretos respecto a relaciones homosexuales de Casement, ¿fueron escritos por él?, hacen que el lector vuelva a releer esa reveladora investigación que el Premio Novel de Literatura 2010 puso en las imprentas y que sin dudas fue su última invitación a la lectura, el último sueño de Vargas Llosa.

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