"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", Jorge Luis Borges


13 de abril de 2013

Mi marruecos, de Eduardo Nabal Aragón

MI MARRUECOS



Abdelá Taia ha saltado al escenario internacional y, sobre todo, francófono gracias a su escritura límpida, original y sincera. En su primer libro Mi marruecos nos narra su infancia, adolescencia y juventud y su camino de un lugar más bien empobrecido de Marruecos al París donde estudia y trabaja. En ese trayecto (su sueño es ser "director de cine" y se confiesa admirador de Almodóvar) llegó la escritura como forma de exorcizar los recuerdos e ilusiones perdidas o cumplidas de un joven marroquí señalado ahora en su país por hablar con sinceridad de las relaciones íntimas entre hombres, la masculinidad y de su propia homosexualidad. El libro de Taia carece de la crudeza de El pan desnudo de Mohamed Chukri y narra un trayecto algo más plácido y menos marcado por la violencia pero igualmente limitado por la falta de recursos económicos y el estigma racial y sexual. La escritura cristalina, por momentos musical de Taia impregnan las páginas de este Bildugsroman (o novela de iniciación) que es sobre todo la historia de un viaje íntimo y emocional, interno y externo, de oriente a occidente, de la infancia a la madurez. Su conmovedor acercamiento a la cultura, los libros y las películas desde un mundo sacudido por la ignorancia y la superstición nos acerca a los personajes dispares de su familia (su madre, sus hermanos, tu peculiar tío materno, sus primeros amigos, sus mitos…) y a los nuevos lazos sentimentales y sueños que le brinda Francia a alguien orgulloso de sus orígenes pero crítico con la interpretación fanática del islam. Admirador de Almodóvar y Agustín Gómez Arcos esta joven promesa nos descubre un prosista original que sueña con ser realizador de cine.

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