MI MARRUECOS
Abdelá Taia ha saltado al escenario internacional y, sobre todo, francófono gracias a su escritura límpida, original y sincera. En su primer libro Mi marruecos nos narra su infancia, adolescencia y juventud y su camino de un lugar más bien empobrecido de Marruecos al París donde estudia y trabaja. En ese trayecto (su sueño es ser "director de cine" y se confiesa admirador de Almodóvar) llegó la escritura como forma de exorcizar los recuerdos e ilusiones perdidas o cumplidas de un joven marroquí señalado ahora en su país por hablar con sinceridad de las relaciones íntimas entre hombres, la masculinidad y de su propia homosexualidad. El libro de Taia carece de la crudeza de El pan desnudo de Mohamed Chukri y narra un trayecto algo más plácido y menos marcado por la violencia pero igualmente limitado por la falta de recursos económicos y el estigma racial y sexual. La escritura cristalina, por momentos musical de Taia impregnan las páginas de este Bildugsroman (o novela de iniciación) que es sobre todo la historia de un viaje íntimo y emocional, interno y externo, de oriente a occidente, de la infancia a la madurez. Su conmovedor acercamiento a la cultura, los libros y las películas desde un mundo sacudido por la ignorancia y la superstición nos acerca a los personajes dispares de su familia (su madre, sus hermanos, tu peculiar tío materno, sus primeros amigos, sus mitos…) y a los nuevos lazos sentimentales y sueños que le brinda Francia a alguien orgulloso de sus orígenes pero crítico con la interpretación fanática del islam. Admirador de Almodóvar y Agustín Gómez Arcos esta joven promesa nos descubre un prosista original que sueña con ser realizador de cine.
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"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.