MONOLOGO EN PENDIENTE
Por Sol Lora
Este cruel monólogo me aturde,
hace de mi voz una pendiente al abismo…
¡Mi voz de canto y sangre!,
¡mi voz de verbo y hambre,
que no llega a tus oídos…!
Precipicio sin fin, van mis ecos;
dispersos, conjugados a la nada,
rotos en algún punto
donde perdieron la palabra…
Y me dejan tus oídos inclementes,
¡y soy metal pendiente, vertical e indefinida!
Espera que se cierne entre un cálculo diferencial
que dé razones a lo largo de esta curva de hastío,
o que simplemente el rebote me devuelva a la vida…
Empero hubo un punto positivo,
en que paralelos los sonidos, contemplaron
desde una misma vertical el color de la vida,
ese nudo que rescato del averno
y que hoy llevo conmigo…
No soy casualidad,
y este timbre que se reinventa tras cada muerte,
renacerá de entre las llamas:
¡Volveré a cantar!,
¡es sólo cuestión de destino!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.