EL CHICO DE LA SILLA DE RUEDAS
EN EL CORAZÓN DE LOS CHAPEROS ANIDAN MARIPOSAS DISECADAS
Guión teatral basado en el relato homónimo de Víctor Ablanedo.
Personajes:
Nacho
Iván
Andrés
Madre de Andrés
(Un piso modesto pero coqueto. Un salón amueblado modestamente con una televisión y una biblioteca con un teléfono y un montón de revistas y periódicos desordenados. Dos habitaciones al fondo, dos dormitorios con dos camas grandes. La cocina queda fuera de nuestra vista. Entra Iván, un chico atractivo, tira la gorra sobre los sofás frente al televisor y se dirige al público)
IVAN: Me llamo Iván y trabajo en este edificio. Un edificio elegante, mitad viviendas, mitad bloque de oficinas. Lleno de médicos, abogados y gente dedicada a profesiones liberales. Como nosotros. No sabría muy bien decir porque me dedico a esto. Vendo sexo a cambio de un poco de dinero. Para este trabajo son necesarias tres cualidades: La primera, ser joven. Con más de treinta ya puedes ir pensando en la jubilación. Dos, no fallar nunca. Es decir, estar siempre a punto. Y la tercera, bueno, estar bien dotado. Parece ser que eso a la gente le da mucho morbo. Muchos piensan que este es un oficio degradante. Dicen que preferirían robar, matar o fregar suelos antes que trabajar de putos. Allá ellos. A mi no me va nada mal. También hay quién cree que todos los clientes son viejos, gordos y decrépitos. Yo puedo aseguraros que eso es falso. Suelen ser hombres de mediana edad y también los hay jóvenes y atractivos. Si os soy sincero, creo que debería ser yo el que pagara por estar con alguno de ellos.
Hasta ahora no he tenido problemas con los vecinos. Me cruzo todos los días con médicos, notarios, secretarias o guardias de seguridad pero a la mayoría no he vuelto a verlos. Algunos clientes aprovechan la ocasión de venir a vernos para hacerse un reconocimiento médico o arreglar algún asunto pendiente. (Esto debe ir acompañado de una representación de un hombre de mediana sentado en una camilla y un médico con bata blanca auscultándole)
Vivo con Nacho (Nacho sale de la cocina y empieza a poner la mesa. Es guapillo, de manera distinta que Iván, lleva unos bermudas y una camiseta de red) un chico leonés que estudia historia y se dedica a lo mismo que yo, cuando tiene tiempo. Ahora, en la época de exámenes, soy yo el que más trabaja. Pero tenemos el mismo anuncio para los dos. (Iván activa el contestador del teléfono)
Me llamó Iván. Tengo diecinueve años. Soy rubio, atractivo, aniñado y sin vello. Hago de todo. Soy activo y pasivo. Cobró diez mil por media hora y quince por un completo de una hora. En este momento no estoy en casa pero deja tu mensaje y te llamaré en cuanto llegue para concertar una cita.
IVAN: (A Nacho) Buenas.
NACHO (Esta viendo la tele con el volumen muy bajo. La apaga, deja el mando sobre el sofá y se levanta): Tienes varios mensajes
(Iván enciende el contestador. Suena un pitido prolongado. Lo apaga con cara de desagrado)
IVAN: ¿Algún cliente?
NACHO: No sé, acabo de llegar. Me voy a duchar. Salgo enseguida y comemos si quieres.
IVAN: ¿Has preparado algo? (Nacho ya se ha encerrado en el baño)
(Suena el teléfono. Iván descuelga. La voz desde el teléfono debe oírse desde lo alto con suficiente claridad e intensidad. Es una voz de mujer madura, dulce y pausada pero decidida)
IVÁN: ¿Sí?
(Aparece a un lado, fuera del escenario del piso, una mujer de mediana edad que permanece en penumbra y sostiene un teléfono)
VOZ DE MUJER: Llamaba por el anuncio.
IVÁN: (Con cara de sorpresa) Hola. No sé si sabe que sólo ofrecemos servicios para hombres.
VOZ DE MUJER: Sí, sí. No llamo para mí sino para mi hijo. Tuvo un accidente y está en silla de ruedas.
IVÁN (Con cara de sorpresa). Ah! Vaya, bueno, lo siento.
VOZ DE MUJER: ¿No tendrán problemas para estar con él, verdad?
IVÁN: No ¿por qué?
VOZ DE MUJER: Por nada, por nada... es que ahora es todo tan difícil para él.
¿Tienen ascensor?
IVÁN: Si, no hay ningún problema. ¿Le doy la dirección?
(Nacho e Iván están comiendo. Nacho tiene el pelo mojado. Lleva un pantalón corto y una camiseta negra de red)
NACHO: ¿A que hora viene?
IVÁN: A las siete.
NACHO: Será una broma
IVÁN: No tiene porque. (Señalando la fuente) Pásame un poco más de eso. Te ha quedado muy bueno.
NACHO: ¿Lo has hecho antes con algún paralítico?
IVÁN: Estuve a punto de salir con un chico sordomudo. Pero no. No creo que haya problema.
NACHO: Yo estuve con uno que se había roto el brazo y tenía un esguince de tobillo. Pero claro, es diferente. Es temporal y te manejas bien. (Pausa) Bueno, yo me voy a echar la siesta. Luego recojo, no te preocupes.
IVÁN: Voy a ver que ponen en la tele. Hasta las siete.
NACHO: No la pongas muy alta. Quiero dormir. Si viene el chico ese y necesitas ayuda me avisas.
IVÁN: No te preocupes. (Coge el mando, se sienta en el sillón y pone la tele)
(Vemos a Iván. Está visiblemente nervioso. Hace zapping continuamente. Ponen un documental de animales. Lo quita. Ponen un partido. Lo quita. Ponen un filme en blanco y negro. Se va quedando adormilado con la tele puesta. Se le cae el mando. La luz debe marcar el paso del tiempo. Suena el timbre. Iván se despierta sobresaltado. Coge el mando y apaga la tele. Se atusa el cabello con precipitación)
NACHO: (Desde su habitación, frente a los libros, y sin levantarse de la mesa): Voy.
(Iván abre la puerta. En la puerta aparece un chico en silla de ruedas. Es atractivo. Lleva puestos unos vaqueros y una camiseta negra de manga larga. Detrás de él hay una mujer alta y morena.)
MUJER: Hemos llamado antes.
IVÁN: Pasen, pasen. (Intentando aparentar naturalidad) Pasen aquí, al salón.
MUJER (A pesar del gesto de invitación de Iván la mujer entra lo justo y no se sienta) Mira. Mi hijo se llama Andrés y ya te dije que tuvo un accidente. Pero ahora está mucho mejor.
ANDRÉS (Molesto): ¡Mama! No hace falta que le cuentes mi vida a todo el mundo. Estoy paralítico, no mudo.
MUJER: Perdona hijo, pero...
ANDRÉS: Bueno, pues deja de hacerlo.
MUJER. Esta bien. Voy a dejaros. ¿Vuelvo en una hora vale?
ANDRÉS: Una hora sí.
IVAN: Una hora, vale.
MUJER. ¿Llevas el dinero, verdad?
ANDRÉS (Con expresión de paciencia). Si, mama.
MUJER. Adiós, chicos. (Sale)
IVÁN: Adiós. Mucho gusto. (Trata de aparentar naturalidad): Vamos a la habitación. (Empuja la silla. Al llegar a la habitación la silla de Andrés se atranca en la puerta). Vaya. Y ahora ¿qué hacemos?
ANDRÉS. Hay que quitar los posapiés. Sin los posapiés yo creo que si que pasa.
IVÁN (Se agacha). Esto de aquí ¿verdad?
ANDRÉS: Si gíralos y los levantas.
IVÁN: Uno ya está. Y ahora... el otro.
(Deja los posapiés en una mesilla. Y ayuda a entrar a Andrés).
Estos pisos modernos no están muy bien preparados.
ANDRÉS: Ni la mayoría de los antiguos. No importa.
(Nacho coge una toalla y la pone sobre la cama)
ANDRÉS: Es la primera vez que estoy con un chico.
IVÁN: Bueno. No te preocupes. (Acaricia la cara de Andrés que le besa las manos). Primero tú y luego yo. (Comienza a desnudarle. Se agacha y le quita los zapatos y los calcetines).
ANDRÉS: ¿Vives solo? (Iván le quita los pantalones y la camisa con cierta dificultad. Los deja sobre una silla.)
IVÁN: No, somos dos. Pero estos días curro yo. Nacho tiene que estudiar.
Estas tenso. Relájate.
ANDRÉS: Yo estuve muy mal después del accidente. Llegué a pensar en quitarme del medio. Tuve que ir al psiquiatra. Lo peor. Como te comen el coco. Dejé de ir a los dos meses sin haber mejorado mucho. Salí empastillado y con el mismo mogollón en la cabeza. Luego, con el tiempo, he ido asumiendo que soy paralítico y además maricón. (Andrés está en calzoncillos)
IVÁN (Tocándole la entrepierna). Bueno, tus piernas estarán paralizadas pero esta de aquí no. (Andrés sonríe)
(Iván se desnuda, quedándose en tanga. Intenta levantar a Andrés para llevarlo a la cama pero no puede hacerlo bien)
Te ayudo. Espero que no nos caigamos con todo el equipo.
ANDRÉS: De debajo de los hombros. Coge de ahí. (Iván lo agarra bien y lo tumba en la cama.) Ya está. (Va al cajón de la mesilla y saca unos preservativos y un tubo de crema. Los deja sobre la mesilla.) Quiero hablar un poco primero, no se, no estoy acostumbrado y es todo tan directo...
IVÁN: Cuéntame.
ANDRÉS: No se.
(Apaga la luz de arriba y se quedan con la luz de la lámpara de la mesilla. Se tumba junto a Andrés y le acaricia las tetillas).
IVÁN: Tienes una madre de puta madre ¿No?
ANDRÉS: Bueno, ha cambiado mucho. Pero sigue siendo un poco pelma. Desde que tuve el accidente no ha dejado de protegerme como si tuviera dos años. Cuando le dije que además era maricón no me tomó en serio. Todo el mundo se piensa que los mutantes, bueno, los discapacitados somos asexuados. Y si todos follan lo que yo tienen algo de razón. Este mi primer rollo. Bueno, he estado con alguna chica, pero no es lo mismo y nunca llegábamos muy lejos. No te imaginas lo que me costo convencerla. A mi vieja. Primero estuvimos en un bar de ambiente. Menudo numerito para entrar. Una vez dentro me miraban como a un extraterrestre y encima con madre como nave nodriza.
IVAN: Bueno, pues relájate y disfruta de tu primera vez. ¿Qué te gusta hacer?
ANDRÉS: Déjame tocarte. Con eso me basta. (Con la mano le indica que se quite el tanga. Iván sé o quita con destreza y acaricia a Andrés. Este le toca, primero con inseguridad y luego con mayor soltura. Empiezan a masturbarse mutuamente. Luego Iván se tumba de espaldas y Andrés se coloca encima al lado y le besa la espalda y las nalgas.)
IVÁN( al público) : Andrés se movía con dificultad y sus movimientos, torpes e inciertos, me desconcertaban. Luego me fui soltando y me di cuenta de que era yo y no él el que tenía que relajarse. Era mi primera vez, con alguien como él. Estaba mas excitado de lo habitual e hice lo posible por disimularlo. Profesionalidad ante todo.
(La luz se desvanece y se ilumina la habitación de Nacho, sin dejar de oír los suspiros crecientes de Andrés e Iván. Nacho esta vestido pero no se concentra en el estudio. Tiene la música puesta y suena una canción. "Tenderly" en versión de Billy Eckstine. Nacho comienza a bailar, lo hace con elegancia pero se cansa pronto. Baja la radio hasta dejarla muy suave. Se sienta. Sigue sin concentrarse. Vuelve la cabeza con atención a lo que ocurre al otro lado de la pared llegan. Se levanta sigilosamente. Pone el oído en la pared. La luz vuelve lentamente a la habitación de Iván y desaparece de la de Nacho junto con la música. Andrés e Iván están tumbados, jadeantes. Ya se han corrido.)
IVÁN (Estira la mano hasta la mesilla. Coge papel higiénico, se limpia y limpia a Andrés con gran cuidado)
ANDRÉS: (Dulce. Le acaricia) Ha estado muy bien.
IVÁN: ¿Sí? ¿Lo has pasado bien?
ANDRÉS: Alucinante.
IVÁN (Frío): Pues ya sabes donde estoy. Cuando quieras no tienes más que volver a llamar.
(Nacho esta viendo la tele. Finge atención. Salen Iván y Andrés. Cruzan en silencio. Al pasar Iván le echa una mirada de desaprobación a Nacho. En la puerta se besan en las mejillas. Se despiden. Iván, cierra la puerta. Nacho apaga la tele. Iván se apoya en la puerta y suspira)
NACHO: Pero esa tía está pirada. Lleva a su hijo minusválido de putas... como si nada. Joder, es alucinante.
IVÁN. Pues a mí me parece una tía guay. Quiere a su hijo y le ofrece lo mejor que puede. Y el chaval está muy bueno, y es muy cariñoso en la cama.
(Ambos ríen mientras la luz baja lentamente)
(Han pasado unos días. Nacho e Iván están comiendo y llevan ropa distinta. La tele está sin sonido. Suena el teléfono y lo coge Nacho)
NACHO: (Se lo tiende a Iván). Es para ti.
VOZ DE ANDRÉS: Soy Andrés. ¿Me conoces? El chico discapacitado.
IVÁN: Te he conocido por la voz.
VOZ DE ANDRÉS. Me gustaría volver a estar contigo. ¿Puedo ir ahora?
IVÁN: No sé. (Le da la espalda a Nacho. Está nervioso). Un momento. Voy a mirar la agenda. (Vemos que en realidad no mira nada). Bien, cuando quieras. Ya sabes las condiciones. Yo estaré encantado de recibirte.
NACHO: ¿Era el chico de la silla?
IVÁN: El mismo.
NACHO: ¿No se estará colgando de ti?
IVÁN: No sé.
NACHO: Mira que si te sale un novio.
IVÁN: ¿Y porque no?
NACHO: De liarte con un cliente líate con uno con pelas. Y que sea normal.
IVÁN (Molesto): Es normal. No te creía tan palurdo. Andrés es normal.
NACHO: Era una broma, vale.
IVÁN: Sube la tele, anda.
NACHO: ¿No te tienes que preparar?
NACHO: Está bien. Tranquilo. Yo abriré a tu príncipe.
(Iván se retira a su cuarto. Nacho se sienta en el salón. La luz baja. Sube la luz. Suena el timbre. Nacho se levanta del sillón, no sin antes mirar hacia el cuarto de Iván. Abre la puerta)
NACHO: Hola
ANDRÉS: Hola, ¿está Iván?
NACHO: Yo soy Nacho. Su compañero de piso. ¿Has venido sólo?
ANDRÉS: Mi madre me dejó en el ascensor.
NACHO: Bueno, Iván está dormido. Si quieres puedes estar conmigo.
ANDRÉS: Bueno, yo venía a ver Iván. Pero puedo venir otro día.
NACHO: Tú mandas. (hacia la habitación de Iván) Iván, un paciente.
IVÁN: Tráele aquí (Nacho empuja la silla de Andrés hasta la puerta) Pasa, Andrés. Estoy casi preparado.
NACHO: Os dejo solos. Voy a estudiar. (Nacho se sienta en el sillón con la mirada fija pone la tele sin sonido. Se ilumina la habitación de Iván y baja la luz en el salón. .Iván y Andrés están desnudos sobre la cama. Se acarician.)
ANDRÉS: Quiero besarte.
IVÁN: No solemos besar.
ANDRÉS: Esta bien. Como quieras.
(Iván le besa dulce pero profundamente en la boca)
ANDRES (Alterado por el beso). Me he acordado mucho de ti.
IVÁN: ¿Ah sí?
ANDRÉS: Sí, mucho. ¿Has pensado en mí?
IVÁN: He tenido mucho trabajo. Apenas he tenido tiempo de pensar en nada.
ANDRÉS: Yo he estado viendo un piso adaptado. Es grande y no está mal de precio. Puede que me cambie el mes que viene. Pero necesito alguien que me ayude. Irme con mi madre sería como no irme. Para nosotros es muy difícil independizarnos.
IVÁN: Seguro que tienes suerte. (Le mira interrogante)
ANDRÉS: ¿Lo hacemos otra vez?. No importa el dinero.
(Iván le mira con ironía pero su sonrisa se va desvaneciendo).
IVAN (serio): Tu mandas.
ANDRÉS: Creo que me gustas, no me importa decírtelo.
IVÁN: Tu tampoco estas mal.
ANDRÉS: No me refería a eso. Me refería a ti, a tu forma de ser. Te quiero.
IVAN: Bueno, Andrés, con calma. No pronuncies palabras demasiado comprometidas, y luego te arrepientas. Soy el primer chico con el que estás. Tienes que conocer más gente. A mí en realidad sólo me conoces... en la cama.
(Andrés besa suavemente a Iván que le observa muy serio. La luz desciende en la habitación y comienza a aparecer en el salón. La mesa está sin recoger. Nacho está dormido en el sofá, tirado, con la televisión puesta, con el volumen bajo, y el mando en una mano. En la televisión vemos el final romántico de una película antigua. Después de la palabra fin surgen unas rayas en la tele. Iván sale con Andrés. Cierra la puerta sigilosamente. Nacho abre los ojos y se incorpora con pereza pero con decisión)
NACHO: Iván
IVÁN. Me voy a acostar
NACHO. ¿Qué hora es?
IVÁN: Tarde.
NACHO: Escucha. No soy quién para meterme en tu vida. Pero ten cuidado con lo que haces. No quiero verte sufrir, ni pasarlo mal yo.
IVÁN: No tenemos ningún compromiso.
NACHO. Llevamos mucho tiempo juntos y no quiero que nadie joda nuestra amistad. (Pausa) En cierto modo, si tenemos compromiso. Hemos estado en la misma cama, aunque sea con clientes. Haciendo esto juntos somos ya algo más que simples amigos.
IVÁN: Entonces no desconfíes de él. Tal vez no sea normal como tú dices. Es mejor que normal. Yo no estaría contigo si tú fueras normal.
NACHO: Yo no he dicho que no sea normal ni que no sea majo. Esta bueno y si te da morbo...
IVÁN: La polla no lo es todo. Aunque ahora nos dé de comer. No va a durar toda la vida. Tú tendrás que acabar de estudiar y yo tendré que buscar otro curro, o acabar el BUP.
NACHO (Le tiende la mano): Te quiero, Iván.
IVÁN: Yo también. No tienes que tener miedo. Confía en mí. Siempre seremos colegas. Aunque seas un cafre de narices. (Ambos ríen)
(El salón está en penumbra. No vemos a Iván con mucha claridad)
IVÁN (al público):
He roto la primera regla de cualquier chapero que se precie. Me estoy colando por Andrés. Tal vez es que no soy un verdadero profesional. No como lo era antes. Vamos juntos muchas noches al ambiente. Su madre ha empezado a mirarme con buenos ojos aunque la primera vez que nos sorprendió en su casa casi le da un ataque.
(La luz crece un poco. Vemos a Iván vestido de cuero para una sesión leather. Comienza a oírse "Tenderly" muy bajito)
Acaban de llamar por teléfono y un señor me ha dicho que estará aquí en diez minutos. Es un cliente habitual al que le gusta que le reciba con ropa de cuero y le dé un poco de caña. Es un hombre muy correcto y suele dejar propinas. Después he quedado con Andrés para ir al cine y puede que mañana comamos en casa de su madre. Andrés quiere que me vaya a vivir con él al piso adaptado. Es su gran ocasión para dar el salto. Yo no le he contestado todavía. Por un lado estoy deseando vivir con él pero me asusta perder la independencia. Tal vez espere a cumplir unos años más o a echar un poco de barriga para pedir la jubilación. Y además está Nacho. Le sigo queriendo, a mi manera. En este piso hemos empezado a ser jóvenes.
(Suena el timbre, mientras la luz se desvanece y se oye con más fuerza la canción).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.