"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", Jorge Luis Borges


13 de mayo de 2013

De ¨palabras¨ e ¨intelectos¨, de Eduardo Fernández Fernández



DE "PALABRAS" E "INTELECTOS"



(Antonio Gramsci "In Memoriam")



Te pregunto, señor intelectual

dónde guardas

la capa cebolluna del alma.

Acaso eres el guante invertido

del buen silogismo de ultratumba

o habrá siempre una escafandra

para proteger el verbo.


Te pregunto,

si has visto al cura parroquial

-de esos que poco quedan,

pero los hay-

que se hace crucifijo

multiplicando el mendrugo,

el remendado mendrugo,

como taumaturgo

que exorciza al dolor

sin hacer muecas por las pestes.



Te pregunto

-porque inquerir es acto sacro

y no pose donde vomitar el bello ego-

si conoces del médico rural

que atiende el parto

con la asepsia del amor

y las manos sabias

de la comadrona

nonagenaria y de vista cansada.



O si puedes testimoniar desde la cicatriz,

señor de artilugios de polilla,

de textos con pretextos vivientes

y redes globales que edulcoran,

sobre las leguas holladas

por las letras iniciales

con que se alimenta

la sed de la niñez

en esos campos

perdidos de Dios,

donde siembran luz,

sin premios ni oropeles

los noveles labradores

de magisterial labor.



No respondas, ahora

porque esto no es tribuna,

ni editorial de los accionistas

del diario decano de la nación,

ni taller de modelado de cerebros ahítos,

ni confesionario que absuelve contra natura,

ni tribunal doctoral,

ni algazara por los genios que esclosionan,

ni una santa mierda oropelada.



Tómate el tiempo

y con el alma hecha guijarros,

frente a la lluvia mortal

que todo lo erosiona,

respóndeme,

señor intelectual,

a sabiendas que vivir

suele tener por peso democritano

sus finales sesiones,

muy sabias sesiones

de quimioterapia.


© Eduardo Vladímir Fernández Fernández, marzo de 2013

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"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.