Blog Rincón del Bibliotecario
Escribir sin sentido (Irene Comendador)
Ponte a escribir. ¿De qué? De lo que sea. Puedes escribir sobre un sinsentido, o puedes hacer que escribes y realmente no decir nada. Puedes pretender escribir sin que se note lo que pones. O puedes hacerte notar escribiendo cosas absurdas y sin completa relación entre ellas. Quizás una locura, o como te diría tu amigo, un locurón de esos locos, de los físicamente “encerrables” en sala acolchada e impolutamente blanca. ¿Para qué? Pues para escribir. ¿Y de qué sirve eso? De nada, solo se escribe y punto ¿acaso has de tener un motivo? Supongo que no, pero me gustaría saber a qué dedico mi tiempo mientras lo hago. ¿A qué dedicas tu tiempo? ¿Lo dices en serio? Si, claro que hablo en serio, cuando hago algo quiero saber dónde me llevará esa acción, ¿es que acaso tú no? Pues no, claramente no, cuando hago algo solo disfruto de lo que estoy haciendo, ni siquiera pienso en el final, en el término de mi acción, lo que me deparará el futuro y todas esas mierdas. Pero entonces… ¿para qué escribes si no le ves sentido? Yo no he dicho eso, claro que tiene sentido, escribir me libera y me deja descansado, desplomado, me hace sentir libre porque vuelo, porque peso menos, ¡joder! Es como una maxidieta que hiciese efecto al instante y sin la complicación de tener hambre. No te entiendo, ¿acaso escribir letras sin sentido a ti te hace sentir libre? ¿Sin sentido? No, claro que tienen sentido, el caso es que no se lo busco, solo escribo y voy saboreando y disfrutando de ello mientras lo hago, y ya está, fin del tema, nada más, solo eso; no veo complicado entender lo que te estoy contando. Pues no es que sea complicado, es que si yo escribo necesito saber cómo terminara la historia, cómo le daré forma y qué es lo que quiero contar al que la escuche o lea. A mí eso me da igual, no pienso en quién lo leerá, solo en lo divertido que es ejecutarla, las impresiones o los efectos que mis líneas tengan después me son indiferentes, si pensará en eso solo me coartaría, me pondría límites y obstaculizaría mi libre albedrío. Así que solo escribo, ¿nunca lo has intentado? ¿El qué? Pues eso ¡coño! Escribir sin pensar lo que escribes. No. Pues deberías probar, es liberador, y te prometo que la droga dura que sale del acto de no saber hacía dónde te diriges es muy estimulante, narcótica. Lo dices como si consumieras drogas de verdad. Es que lo siento de esa forma, deberías probar, quizá hasta te guste. “Escribir sin pensar….” Puede que lo haga. Pruébalo. Lo probaré.