"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", Jorge Luis Borges


31 de julio de 2010

El círculo (relato) de Elia Casillas



Autora:  Elia Casillas
Dedicado a Carlos Quiroz Narvaéz

En ese lugar no existen
Los cuerpos,
Sólo son almas flotando
En el tiempo.
Miguel Islas


Empecé a caminar en mi catástrofe, poco a poco fui escalando la nada; cuando menos me di cuenta, el pueblo estaba a mis pies y yo debajo de la Pick-up… un neumático apretaba mi cabeza. Era de noche y apenas empezaba mi pesadilla.
Esa tarde tuve que viajar a la metrópoli siguiente, del pueblo donde vivo, nos separan cincuenta y siete kilómetros, así que son suerte haría de camino como cuarenta y cinco minutos. Después de una charla en la biblioteca pública con el editor de la página Quehacer Cultural del Diario de la ciudad; entregué mis trabajos para su publicación semanal y me despedí del amigo, al que me une en esta vida un puño de letras y una amistad cargada de cariño y ni con diez vidas, pagaré esta mano incondicional, este señor es un cántaro de amor.
Saboreando al amigo, me dirigí al centro comercial; en el estacionamiento vi anunciada en cartelera Belleza Americana. Fui a la tienda más grande y con mi tarjeta de crédito compré una crema, de ahí al supermercado, a buscar dinero en el cajero automático para mi cartera. Cuando salía, una gran fila de personas esperaba ingresar al cine, no la pensé mucho y entré. Los Oscares que había acaparado esta película le daban un prestigio bien ganado, salí más que satisfecha rumbo a la carretera. De pronto y sin saber por qué puse la direccional que me desviaba a casa de mi amiga Perla, vi el reloj, las ocho treinta y pensé “si estoy una hora, llegaré a casa a las once de la noche, está bien, no es muy tarde”.
Mi amiga... No llamé para avisarle de mi visita. Reduciendo la velocidad fui directo a su casa, no sin antes librar un centenar de traileres que parecían encimarse en mi automóvil, su colonia quedaba en la frontera de la ciudad. La noche soltaba toda la frescura de abril, el cielo estaba encendido y la luna apenas se hacia campo entre tantas lucecitas. Cuando vi el anuncio del OXXO (el supermercado), el corazón relampagueó y di vuelta en la esquina que me llevaría a su casa, terminé la calle sin encontrarla, de regreso a vuelta de rueda lenta, inspeccioné de nuevo sin distinguir su hogar. Vi unas señoras platicando, detuve el automóvil y pregunté:
-Señora ¿No sabe dónde vive Perla? Tiene una hija que se llama Perlita. Y su esposo se llama Sergio.
-No, señora, no la conocemos.
-Ella es alta morena, bien dada –insistí-. Su esposo trabaja en el periódico local
-No, señora no los conocemos.
Avancé y estacionándome exactamente a media cuadra donde suponía habitaba mi amiga, pregunté a unos niños por los hijos de ella, dijeron no conocerlos. Una desesperación inexplicable me abrazó y continué preguntando. No los conocían, nadie los había visto… nadie. Un "no puede ser", retozaba en mi cerebro, regresándome a la entrada de la colonia recorrí la ruta nuevamente. La casa no apareció. Con una incertidumbre que no cabía en el cuerpo, tomé la vía a casa, mientras mil pensamientos buscaban acomodo en mi cabeza. “Qué raro, no di con la casa, ¿por qué no la llamé? Así estaría esperándome afuera, como siempre. ¿Y si cambió de domicilio? No, me lo habría dicho ¿Y la gente me dijo no conocerlos?”
Cuando llegué a casa lo primero que hice fue comunicarme con ella y empecé a llamarle. Una grabación repetía insistentemente. “El número que usted marcó no existe, favor de verificarlo, gracias. El número que usted marcó no existe, favor de verificarlo, gracias”. Una, diez, cincuenta veces hice la llamada. Desesperada y con dudas me vestí para dormir; cuando el cansancio cerró mis ojos, el sueño insistía; las señoras en la calle, los niños, el teléfono repite y repite, no existe, marqué de nuevo, no existe, su amiga no existe,  revise de nuevo.
El televisor programado me despertó a las siete de la mañana, unos círculos oscuros engalanaban mis pequeños ojos. Me preparé un café y con la taza en mano caminé a casa de mi vecina Emma, ella, extrañada de verme tan temprano de visita dijo riendo:
-¿Y eso?... ¿Te caíste de la cama?
-No, Emma, necesito hablar con alguien, quiero contarte lo que me pasó.
Tratando de no hacer un relato fantasioso le platiqué lo vivido la noche anterior, Emma, escuchando tranquila, empezó a cuestionarme.
-Mira, ¿no te equivocarías de colonia?
-No, Emma, no. He ido muchas veces.
-¿Y cómo que nadie la conoce?
-No lo sé, tú si te acuerdas de ella ¿verdad?
-No, no la conozco.
-Si, Emma, está conmigo en la escuela de escritores...
-Oye, ¿sabes que a la única persona que he escuchado hablando de esa escuela eres tú?
-Emma, Emma, está en el ayuntamiento, en el Salón de Presidentes, asistimos todos los sábados de diez de la mañana a dos de la tarde, y después de clases ella se viene conmigo.
-No, nunca la he visto, lo siento.
Confundida y arrastrando mi desconcierto, regresé a mi hogar.
Cuando llegaron mis hijos, les platiqué mi aventura, argumentando que tal vez Emma no vio a Perla; pero no era creíble, ella jamás pasaría desapercibida. Ellos escucharon pacientes, y al no obtener respuesta los cuestioné:
-Gaby, ¿por qué Emma no vio a Perla?
-Mamá, nosotros tampoco la conocemos, tú siempre hablas de tus amigos de la Escuela de Escritores...
-Sí, mamá –afirmó Luis-, nunca han venido a la casa, sabemos que vas a la escuela, pero es todo...
-No, no puede ser –dije desesperada-, algo no está bien.
Me dirigí al periódico del pueblo, aunque no pude hablar con el administrador, la secretaria me puso al tanto.
-Señora, si hay una página de Escritores del Sur de Sonora, él encargado de publicar trabajos de personas que escriben en el sur, no se encuentra, salió a hacer un reportaje. Pero cada quien trae su material, ésta página, no depende de ninguna escuela, es la primera vez que escucho hablar de una Escuela de Escritores. Lo que le hemos publicado a usted son trabajos que han traído, o nos ha hecho llegar.
-Gracias, señorita...
“No puedo creerlo, Perla, la escuela, mis amigos, la página... ¡La maestra Emérita! Iré al COBACH.
Llegué a la escuela decidida a no regresarme hasta esclarecer todo. Después de mucho preguntar di con ella.
-¡Maestra Emérita!
-¿Qué se le ofrece señora?
Aunque habló amablemente, su respuesta fue fría, yo no esperaba tal recibimiento, si convivíamos cada sábado. Su contestación no logró bajar mis ánimos y le dije:
-Maestra, ¿verdad que usted está en una escuela de Escritores conmigo?
-¿Escuela de Escritores? No, no estoy en ninguna escuela... ¿Y con usted?
-Si, maestra, hemos estado juntas cuatro semestres, además, yo la he visto en la presentación de libros en el Salón de Presidentes con sus alumnos. Ahora que vino Paco Luna con Misa Cantada allí la vi.
-Bueno, Educación y Cultura, nos invita. Efectivamente, cada alumno que asiste, recibe puntos extras de calificación; pero yo no estoy en ninguna Escuela de Escritores y no sé nada al respecto.
-Si, maestra, vamos todos los sábados de diez a dos de la tarde.
-No, señora, además cada día tenemos más trabajo, no tengo tiempo ni para mí.
La mirada de la maestra tratando de penetrar mis miedos me hizo retroceder y fui perdiéndome en el enjambre de alumnos que terminaban sus labores. “La escuela no existe, el diplomado... El diplomado María de la Luz de Quiroz. Ella, ella era la abuela de Carlos Quiroz Narvaéz, el Presidente Municipal. Él sabe, él es el fundador. Si, iré al Ayuntamiento. Un aliento me motivó a ir al Palacio Municipal; absorta, no me di cuenta que entraba por la Comandancia de Policía y en ese instante vi que él descendía de una suburban blanca.
-Señor Presidente, disculpe.
-Si, señora ¿en qué puedo servirle ya que Dios la puso en mi camino?
-Mire, ¿verdad que Usted inició una escuela con el nombre de su abuela, María de la Luz de Quiroz? “Que diga que sí, que diga que sí”, pensaba.
-No, señora, bueno fuera; si Dios me diera esa oportunidad, le iba a dar todo mi apoyo, lucharía junto a los estudiantes para despertar la conciencia de mis gobernados, buscaría subsidios para la publicación de su obra. En todos los eventos de este pueblo y sus alrededores, yo sería el principal promotor. Pero, bueno ¿Quién querría estar en la Escuela de Escritores? La gente no lee, menos va a escribir.
-Señor Presidente, su hija Irmita, inició con nosotros, luego no volvimos a saber de ella.
-¿Mi hija...? No, que va. Ella escribe, pero lo hace sola y en la casa.
-Si, Señor Presidente, venimos cada sábado.
-Ahora que recuerdo, los señores que hacen el aseo, dicen que una señora se aparece todos los sábados, que llega a las diez de la mañana y permanece hasta las dos de la tarde escribiendo; también dicen, que en vacaciones escolares no vuelven a saber de ella. ¿No me diga que es usted?
-Si, soy yo. Pero no vengo sola, de sesenta y cuatro que éramos sólo quedamos seis...
-Señora, discúlpeme, tengo que irme, me esperan muchos asuntos por resolver. Que Dios la bendiga.
La escuela, mis amigos, la página, el diplomado... Nada es cierto.
Empecé a caminar en mi catástrofe, poco a poco fui escalando la nada; cuando menos me di cuenta, el pueblo estaba a mis pies y yo debajo de aquella Pick-up. Un neumático apretaba mi cabeza.
Era de noche y apenas empezaba mi pesadilla.


NAVOJOA, SON. 5 DE ABRIL DEL 2000

EL VINO DE LA MUERTE (relato)


Autor: Alexei Dumpierre

- ¿Pretende hacernos creer esa historia? –me preguntó el teniente de la policía alemana con visible cinismo cuando empecé a recuperarme en la cama del hospital.
- He declarado toda la verdad que puedo decir sobre los hechos –respondí con la lengua todavía medio dormida.
- Mi amigo, ¿cuántas botellas de vino usted bebió ese día?
- No bebo habitualmente. Esa noche quise probar el regalo que me hicieron en Pekín.
Llegué al hotel donde me hospedaba en la capital de Alemania alrededor de las siete de la noche del viernes. Debía descansar, pues mi vuelo para Brasil tenía marcada la salida a las cinco de la mañana. Mis maletas estaban listas y no tenía otra cosa que hacer, a no ser cenar a las diez, como de costumbre. Decidí abrir la botella de vino que me regaló la hermana de la china que fue mi traductora durante quince días de arduo trabajo.
Antes de abrirla la contemplé detenidamente. Su imagen era desagradable para cualquier criatura de la civilización occidental. La serpiente tenía los ojos abiertos y daba la impresión de estar viva. Encendí el ordenador y busqué información sobre ese vino tradicional. Se trataba de una bebida alcohólica producida por infusión de serpientes enteras en vino de arroz. Se creó en China durante la dinastía Zhou, siendo considerado un remedio importante en la medicina tradicional de ese país. Puede encontrarse en China, Vietnam y por todo el sureste asiático. Hay dos variedades de vino de serpiente:
Mezclado: Los fluidos corporales de la serpiente se mezclan con vino, consumiéndose inmediatamente en pequeñas dosis. El vino de sangre de serpiente se prepara cortando una serpiente por su vientre y vaciando su sangre directamente en un vaso lleno de vino chino. El vino de bilis de serpiente se hace de forma parecida, usando el contenido de la vesícula biliar.
Infundido: Se mete una serpiente venenosa grande en un tarro de cristal con vino de arroz, a veces con otras más pequeñas o hierbas medicinales, dejando infundir varios meses. El vino se toma como reconstituyente en pequeñas dosis. Su nombre en mandarín es 蛇酒.
Destapé la botella con inmenso cuidado, me serví la mitad de un vaso pequeño y volví a cerrarla con la extraña tapa hecha a base de resinas de árboles mitológicos. Antes de probar el primer trago volví a pensar en Ikita. Desde el primer día que llegué a Pekín sentí una misteriosa atracción por ella. Era una joven fina, de pronunciados rasgos asiáticos, pero con el encanto de una diosa del Olimpo. Cuando caminaba parecía flotar en el espacio. Su sensualidad era de alto quilate y la melodía de la voz era extremamente seductora. El embajador me había advertido que por causa de un problema derivado de la cultura tradicional no era prudente que me dejara sentir atraído por ella, pues eran renuentes a las relaciones entre nativos y extranjeros. De todas formas no hubo como evitar que se produjera una mutua y profunda atracción, que no tuvo oportunidad de concretarse en la práctica, lo cual hubiera deseado profundamente.
El día antes de salir de la capital del gigante asiático el joven que trabajaba en la carpeta del hotel me entregó el paquete cerrado donde estaba la botella muy bien envuelta. Después supe, a través del chófer de la embajada que había sido la hermana de la traductora quien me la había dejado.
- Si yo fuera usted la dejaba en el cuarto del hotel –me dijo casi en susurros.
- ¿Por cómo? Es una bebida muy cara. –respondí.
- Es sólo un consejo. Olvide el comentario.
Horas después el vaso con el extraño vino estaba entre los dedos de mi mano derecha. Lo volví a observar con calma y olfateé su buqué. Era indescriptible. Llevé el borde hasta mis labios y tomé un trago suculento. Intenté comparar su sabor con otras experiencias de mi paladar etílico, pero no se parecía a nada. Por unos minutos mi mente navegó por diferentes lugares. El largo viaje que me esperaba, mi familia, el trabajo, etc. De repente me pareció como si en el contenido de la botella se hubiera experimentado un movimiento, aunque rápidamente descarté la idea.
Después de tomar el segundo buche aguardé unos instantes y me decidí a colocar una segunda dosis en el vaso. Tomé la botella con la diestra y cuando iba a abrirla reventó como una bomba entre mis dedos. Por unos instantes el vino que cayó en mis ojos me dejó ciego. Percibí que algo se deslizaba por mi cuerpo y antes de poder deshacerme de aquello sentí una especie de picada en el vientre. Poco a poco fui recobrando la visión, aunque mi boca estaba reseca y los dedos de las cuatro extremidades con calambres.
Repentinamente el vaso que estaba sobre la mesa se suspendió en el aire y fue lanzado violentamente contra el espejo, que se quebró en añicos. La maleta de donde había sacado la botella pegó fuego y todos los objetos del cuarto comenzaron a ser destruidos, como por arte de magia. Busqué por el piso la serpiente que estaba dentro de la botella y no la encontré por ninguna parte. Los vidrios de la ventana se quebraron y me pareció que un huracán se apoderaba del cuarto. Un fuerte dolor en el pecho me sacudió todo el cuerpo y me desmayé.
Volví en mí a medias dentro de la ambulancia. La careta de oxígeno no me dejaba hablar y mi cuerpo temblaba de pies a cabeza. En la mano del enfermero puede ver, agarrada por el cuello, la serpiente venenosa que movía su cola violentamente.

30 de julio de 2010

Entre gotas de rocío (poemas dispersos)


Son setenta y cinco páginas con poemas diversos. Uno de ellos le da nombre al libro, "Gotas de Rocío", con una historia muy interesante. En ellos se habla de la vida cotidiana, del mundo que  rodea a su autor ( Alexei Dumpierre, escritor cubano exiliado en Brasil) del amor y sobre todo de los  sentimientos como exiliado. Es una mezcla de tristeza, pero llena de optimismo y amor por la vida de alguien, ya viejo,  condenado a muerte por la debilidad de sus pulmones.

Dispersos por el mundo (selección de cuentos)


Libro de cuentos y narraciones basadas en historias reales de  millones de cubanos que abandonaron la isla durante estos 50 años de formas diversas. El autor fantasea la realidad en busca de dramatismo e interés. Algunos son dramáticos, otros simpáticos y hasta ridículos. Es el precio de enfrentar una vida nueva en otros países. Cuenta con 25 cuentos.

29 de julio de 2010

Bases del XII Premio de Poesía "Paúl Beckett" 2010




La Fundación Valparaíso convoca por duodécima vez el premio de Poesía “PAÚL BECKETT”, que se otorgará a un libro o colección de poemas, con arreglo a las siguientes bases:

         I.      Los trabajos que concursen, de forma, metro y temas libres, habrán de ser originales e inéditos, no inferiores a 500 versos ni superiores a 1000, debiendo presentarse escritos en castellano y mecanografiados a doble espacio en hojas tamaño folio o DIN A4, escritas por una sola cara y en ejemplar triplicado.
       II.      El importe del premio será de CUATRO MIL EUROS (4.000 Euros), y está sujeto a las retenciones marcadas por la Ley.
      III.      El jurado calificador estará formado por destacadas personalidades de las Letras, y presidido por un académico, siendo su fallo inapelable. Su composición será dada a conocer acto seguido al fallo.
   IV.      El plazo de admisión terminará el día 15 de Octubre del 2.010. Los trabajos se enviarán por correo al domicilio de la Fundación Valparaíso. Apdo. de Correos, 836. Mojácar Playa 04638. Almería. España.
     V.      Los trabajos deberán presentarse bajo lema, con la indicación "Para el Premio de Poesía Paúl Beckett". En sobre aparte, debidamente cerrado, que se acompañará al trabajo, deberán figurar el nombre, apellidos y domicilio del autor, haciéndose constar en su exterior el lema elegido.
   VI.      La obra premiada será editada en la colección "Beatrice", creada al efecto, dentro del plazo de un año. Transcurrido el mismo, su autor dispondrá de su obra libremente, pero en el momento de su publicación deberá consignar la distinción alcanzada.
  VII.      El importe cubrirá los derechos de autor correspondientes a la primera edición, de la que serán entregados cien ejemplares al poeta premiado. El Jurado podrá declarar desierto el concurso si, a su juicio, ningún trabajo reúne méritos suficientes para obtener el premio.
VIII.      El fallo se hará dentro del mes de noviembre del año en curso. Los originales no premiados serán destruidos inmediatamente después de dicho fallo.
   
La Presidenta
Beatrice Beckett
Mojácar, Junio de 2010

P.D.: Si desea participar, le recordamos que debe de hacerlo únicamente por correo según estipula el apartado IV de estas bases. No se admitarán obras enviadas por e-mail.

28 de julio de 2010

El amor

"L'Amour et Psyché" (1817) de François-Édouard Picot
Autor: Leonardo Venta

¿Quién se atreve a decir no haber amado nunca? Sin lugar a duda, nadie. El amor es ese oxígeno del alma que hace vivir y no vegetar. El diccionario, entre sus variadas acepciones, lo define como “el sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”. El amor, junto a la muerte, constituye una de las más grandes preocupaciones del hombre. Aunque es un sentimiento universal, resulta difícil concretarlo, ya que su naturaleza subjetiva así lo determina.
Decimos que estamos enamorados cuando pensamos con frecuencia en el ser amado, lo idealizamos, y deseamos estar a su lado, así como anhelamos adentrarnos en su esencia. Cuando amamos, por lo general, hacemos manifestaciones materiales – regalos – y emocionales – caricias, tiernas palabras – a la persona amada. Alguien enamorado, usualmente, pasa por alto o perdona los aspectos negativos de la persona a quien ama.

NOCHES DE PÁNICO (cuento)


Autor: Alexei Dumpierre

Salí de la oficina un poco más tarde de lo común. Conducía preocupado con el cúmulo de trabajo que me esperaba el día siguiente. Decidí colocar una música relajante para cubrir la hora y media que me faltaba hasta llegar a la nueva casa que compré el mes pasado, pues estaba en las afueras de la ciudad. El final de la tarde parecía bañado con un misterioso manto de matices fríos azules y lilas. Por suerte el tránsito había menguado y no se veían carros en ningunas de las dos direcciones. Después de los cincuenta los embotellamientos me alteran mucho. Sin notar el transcurso del tiempo llegué a mi destino. Tomé el ordenador y salí del auto.
Al alcanzar la entrada, ya oscuro, sentí la más horrible sensación de pánico. Me pareció que la puerta estaba abierta de par en par, pero al observar bien pude apreciar que no estaba allí. La habían quitado de su lugar sin ninguna señal de violencia. Miré por los alrededores y no había señales de ella. Por unos instantes quedé paralizado en el mismo lugar. Poco a poco fui venciendo el miedo y me decidí entrar. Encendí las luces y percibí que todo estaba normal. Recorrí todos los rincones de la casa. No faltaba nada y permanecía el orden en que acostumbro a mantenerla.
Me senté en la sala intentando darle una explicación al hecho, pero era literalmente imposible hacerlo. Sentí la sensación de impunidad, de estar indefenso, totalmente inseguro, vulnerable. Nunca había experimentado algo igual. Me pareció que llamando a la policía no iba a lograr nada. De cualquier forma tendría que tomar una decisión, pues no podría dormir así. Por los alrededores no había otras residencias a cuyos vecinos pudiera pedir ayuda u al menos orientación. Busqué en la guía telefónica las carpinterías más cercanas y llamé, pero a esa hora no había ninguna abierta. Un volcán entró en erupción dentro de mi cabeza. Así pasaron las horas y yo en vela, derrumbado sobre el sofá, frente al marco de la puerta desaparecida.
Por la mañana conseguí entrar en contacto con uno de los talleres y en dos horas había una puerta nueva con doble cerradura. Claro que inventé una historia para no decir la verdad. Con esa fastidiosa preocupación fui a enfrentar la dura jornada de trabajo. Confieso que el hecho no me permitió un buen desempeño en mis labores. Decidí salir un poco más temprano que el día anterior y dirigí más aprisa.
Sentí un gran alivio al ver que la puerta estaba allí, cerrada. Entré y fui directo al cuarto a quitarme la ropa y darme un baño. Pero al entrar en la bañera me quedé nuevamente perplejo. No había ningún grifo. Habían substraído toda la instalación hidráulica. Lo mismo sucedía en el lavamanos. Corrí desnudo hasta la cocina y encontré igual panorama. Temblé como una hoja de impotencia y pavor. Rápidamente comprendí que no tenía condiciones de dormir allí esa noche. Al día siguiente tendría una reunión importante y debería descansar. Me vestí nuevamente como un autómata espantado, tomé el coche y fui hasta el hotel más cercano. El fin de semana me ocuparía con calma de todo.
El viernes me sentí agobiado en el trabajo. Las ojeras cubrían casi todo mi rostro y el aspecto general era el de una persona destruida. Finalmente llegó la hora de almuerzo y decidí salir a resolver el problema. Conduje con pánico pensando en el nuevo misterio que me depararía a la llegada a la casa. Varias veces sentí las manos temblar sobre el volante. No había comentado nada con nadie, lo que me hacía el único portador de la pesada carga.
Antes de llegar, busqué un plomero y compramos juntos todas las piezas que debían reponerse. Acompañado por él me sentí más seguro. Por suerte esta vez no encontramos ninguna nueva anomalía. Como buen profesional no demoró mucho tiempo en terminar un excelente servicio. Tuve que volver con él a la ciudad porque no tenía suficiente dinero en efectivo para pagarle. En el banco no demoré mucho, lo llevé hasta el taller y decidí comer algo antes de regresar a casa.
Ya era de noche cuando me bajé del carro. Abrí la puerta y accioné el interruptor, pero las luces no encendían. Fui hasta el carro, tomé una linterna y observé el reloj que controla la energía. Estaba funcionando normalmente. Entré de nuevo y apunté con la linterna hacia la lámpara del techo de la sala, pero allí no había nada. Un tenue resplandor parecía venir del cuarto. Con pasos leves comencé a caminar en esa dirección. Un fuerte olor a flores estridentes me dejó paralizado. Hice un esfuerzo y continué andando, aunque el sudor me cubría y parecía que me iba a desmayar. Antes de llegar a la puerta que estaba abierta pude apreciar que en cada una de las cuatro puntas de la cama había una vela encendida. Mi cuerpo se estremeció con fuerza. ¡Allí había alguien acostado!
No lograba mover un pie. Permanecí estático no sé que tiempo, hasta que una fuerza mayor me hizo continuar. Escuché el llanto de mujeres, aunque no había nadie, sólo coronas de flores por el piso. Continué avanzando y perdí el sentido al ver que sobre la cama yacía mi propio cadáver.

21 de julio de 2010

XL Premios Literarios Kutxa Ciudad de Irún 2011

XL Premios Literarios Kutxa Ciudad de Irún 2011


July 20, 2010


Al objeto de fomentar la creación y difusión literarias, kutxa Caja Gipuzkoa San Sebastián convoca los XL Premios Literarios Kutxa Ciudad de Irún, correspondientes al año 2011, de acuerdo con las siguientes bases:
1 El certamen está abierto a la participación de escritores en lenguas vasca o castellana, independientemente de su nacionalidad o lugar de residencia, quienes habrán de concurrir con obras originales e inéditas, no premiadas en otro concurso literario de cualquier naturaleza o lugar, condiciones que deberán mantener hasta el momento del fallo. A estos Premios Literarios Kutxa Ciudad de Irún no podrán presentarse ni quienes hayan sido o son Jurados de los mismos, ni autores ganadores de ediciones anteriores en la modalidad en la que hubieran concurrido.

2 Los trabajos habrán de presentarse en hojas de formato DIN A 4 (o formato letter en el sitema de medidas anglosajón) mecanografiadas -o a ordenador-, a doble espacio de interlineado, con letra tipo Arial o similar y tamaño de fuente 12, siempre por una sola cara. Se deberán remitir dos copias en el apartado de novela y cuatro en el de poesía a : “Premios Literarios Kutxa Ciudad de Irún 2011”, GUDAT, Gurutzegi bidea 14-18, Polígono Industrial Belartza, pabellón 9, 20018 Donostia-San Sebastián. Exclusivamente para información: teléfono 943.000.850; e-mail certamenes@begira.com; página web www.kutxasocial.net. El plazo de admisión de obras se cerrará el 30 de septiembre de 2010.

3 Las obras deberán identificarse solamente con su título. Carecerán por tanto de detalles que puedan identificar al autor. En la plica, en sobre cerrado aparte, se incluirá nota con Documento Nacional de Identidad, nombre, apellidos, dirección y teléfono del autor, fax y e-mail si los tuviera, mencionándose en el exterior el título de la obra, además de la especialidad a la que concurre.

4 Kutxa designará los Jurados para las distintas especialidades, siendo su fallo inapelable. El hecho de participar en estos Premios Literarios implica la aceptación de sus bases. Todas las incidencias no previstas en estas bases serán resueltas por los respectivos Jurados.

5 La determinación de las obras ganadoras, la apertura de plicas y la proclamación de ganadores, tendrán lugar en Irún, el 26 de febrero del año 2011, a las 13:00 horas. Dicho acto será retransmitido en directo por internet, a través de la página web www.kutxasocial.net. La entrega de todos los premios, se llevará a efecto en un acto que se celebrará entre los meses de mayo y junio del mismo año.

6 Cualquiera de los premios podrá ser declarado desierto si los trabajos presentados no tuvieran el nivel de calidad requerido. No será considerada por el Jurado correspondiente ninguna obra de la que se tenga noticia que haya sido premiada en otro Concurso en el período comprendido entre el término del plazo de admisión de las obras y la fecha del fallo de los Premios Literarios Kutxa Ciudad de Irún 2011.

7 En este sentido, será obligación del autor comunicar por escrito cualquier variación surgida respecto a la obra presentada durante el período de tiempo detallado en la Base 6, dirigiéndose a: KUTXA – CAJA DE GUIPUZCOA Y SAN SEBASTIAN – Cultura – Garibai, 20, 20004, Donostia-San Sebastián.

8 Asimismo, ninguna obra seleccionada por el Jurado podrá ser considerada ganadora con carácter definitivo hasta no haberse comprobado el cumplimiento de todas las condiciones requeridas para ello y expresadas en los puntos 1 y 6 de estas bases.

9 Kutxa se reserva en exclusiva el derecho de edición de las obras premiadas (directamente o por medio de otra empresa editorial) durante el plazo máximo de un año, contado desde el momento de la publicación de las obras premiadas, sin devengo de derecho alguno a favor de los autores. Transcurrido dicho plazo, los autores dispondrán de sus obras libremente, pero en posteriores ediciones de las mismas deberá consignarse la distinción concedida, independientemente de la empresa editorial en que se lleven a cabo dichas ediciones.

10 Las obras no premiadas, así como sus correspondientes plicas, no serán devueltas, siendo destruidas después de la proclamación de ganadores de los Premios Literarios Kutxa Ciudad de Irún 2011. No se mantendrá correspondencia con los autores de las obras presentadas, ni se proporcionará información sobre los títulos seleccionados, en su caso, por los prejurados.

11 Los Premios Literarios Kutxa Ciudad de Irún 2011 se convocan en las siguientes especialidades:


POESÍA EN EUSKERA
Para obras con libertad de rima, medida y temática y una extensión mínima de 800 versos.

NOVELA EN EUSKERA
La extensión mínima de los trabajos será de 150 folios con temática y narración libres.

POESÍA EN CASTELLANO
Para obras con libertad de rima, medida y temática y una extensión mínima de 800 versos.

NOVELA EN CASTELLANO
La extensión mínima de los trabajos será de 150 folios con temática y narración libres.

18 de julio de 2010

AMOR SIN LÍMITES (relato)



Autor: Alexei Dumpierre, escritor cubano exiliado en Brasil.

En la cama número trece del quinto piso del Hospital Español la joven de veinticinco años Leticia Santos agonizaba a causa de una cardiopatía congénita sin posibilidades de cura. Llevaba casi dos años esperando por la donación del órgano vital, pero no se había encontrado compatibilidad en los pocos disponibles en los bancos de reserva. Su estado era precario y los médicos realizaban todos los esfuerzos para mantenerla viva. Una mañana en que sus esperanzas se esfumaban entre los pocos rayos de sol que entraban por una hendija de la ventana, recibió la visita del cardiólogo.
__Buenos días, Leticia. ¿Estás en condiciones de hablar conmigo? __ preguntó el médico con voz dulce.
__Dígame, doctor. No creo que pueda decirme nada que calme mi tristeza, pero de todas formas debo escucharlo __con las últimas palabras, algunas lágrimas brotaron en sus ojos.
__Hay alguien que vino a verte y creo que es muy importante que lo recibas.
Aquel día el Jardín Botánico estaba repleto de turistas nacionales y extranjeros. Era una ensolerada mañana de primavera y la prensa había anunciado con antecedencia la inauguración de una exposición de orquídeas de diversas partes del mundo. Entre la multitud que recorría los lugares donde se exponían las maravillas exóticas, un grupo de jóvenes se sentó alrededor de la fuente, donde la suave caída del agua y el canto de los pájaros propiciaban un ambiente de inusitado romanticismo. Apenas conversaban y como imbuidos por un milagro se dedicaban a la pasible contemplación de la naturaleza. Entre ellos Patricio, un joven delgado, con lentes gruesas y aspecto melancólico, levantaba la vista cada cierto tiempo buscando encontrar la mirada de la muchacha sentada a dos metros suyos. Era hermosa y de larga cabellera, con un rostro que parecía haber sido esculpido por un maestro del renacimiento. Pero ella ni había notado su presencia.
Como un golpe de suerte, con un movimiento descuidado la joven dejó caer la cámara fotográfica que sostenía en su mano izquierda. Debido al impacto contra el piso el compartimiento de las pilas se abrió y estas rodaron en dirección a Patricio, quien al igual que un resorte se levantó dispuesto a recogerlas.
__Muchas gracias __dijo ella que ya tenía en sus manos la cámara.
__Por nada. Puedo ayudarte, pues creo que se soltó la tapa __respondió nervioso.
Mientras el habilidoso adolescente componía la avería, fueron intercambiando frases entrecortadas hasta que descubrieron que eran compañeros de la misma escuela y la conversación tomó un tono más animado. Tenían la misma edad y hasta vivían cerca el uno del otro. Ella era más expresiva y abierta, aunque no mostraba el mismo interés que él en continuar la plática. Terminado el concierto Patricio entregó la cámara en sus manos y tembló de pies a cabeza cuando las puntas de los dedos se rozaron levemente.
__Ya está arreglada. Era el muelle que se había soltado.
__Te lo agradezco mucho. De lo contrario mi padre me hubiera dado una bronca. Bueno, tengo que irme, nos vemos otro día __y se marchó sin volverlo a mirar.
Pero el amor a primera vista, sobre todo entre los adolescentes, siembra raíces profundas, tras las que crece un fuerte tronco florido, multicolor y fantástico de donde nacen infinitas ilusiones. De manera que desde ese momento no hubo un día en que Patricio no la buscara en la escuela y de una forma u otra provocara una conversación que trataba de extender en el tiempo, esos pocos instantes en que sentía viajar sobre las estrellas. Escribió poemas, compró flores y postales durante los dos años que compartieron juntos en el centro escolar. La visitaba en su casa los domingos después de algunos paseos por el parque o ver una película mientras tomaban deliciosos helados con biscochos que gentilmente les servía la dueña de la casa. Después de muchos meses durante los cuales el joven estudió mil formas para abordarla se decidió a manifestar tenuemente lo que sentía:
__¿Sabes que eres muy linda? Siempre antes de dormir pienso en ti __le dijo sin mirarla.
__Debes pensar más en los estudios. Estamos terminando el curso y pronto comienzan los exámenes __respondió ella intentando desviar la conversación.
Él no se atrevió a continuar diciendo todo lo que sentía. La amaba tanto que podía hasta perdonarle la indiferencia. Pero la pasión no era mutua y la madre de la muchacha se percató de lo que estaba sucediendo. Un día, después de marcharse el joven, se dispuso a hablarle.
__Hija mía, ¿no crees que estás estimulando con tu actitud un sentimiento en ese joven que no es recíproco?
__Tienes razón, mamá. Pero es que me da pena con él. Creo que eso se le pasará con el tiempo __aseveró sin darle mucha importancia al reclamo materno.
__De cualquier forma te advierto que no es justo jugar con los sentimientos ajenos. Menos los de ese muchacho que te ha demostrado un cariño sincero.
El tiempo fue pasando y las emociones de Patricio crecían de forma proporcionalmente contrarias a los de la joven. De una pasión juvenil fue transformándose en amor profundo, entrega y dedicación total. Aún así ella no lo retribuía, por el contrario, conoció a otro joven y en poco tiempo comenzó un noviazgo oficial. Pasaba los domingos fuera de casa y el novio la iba a buscar a la escuela, por lo que apenas tenía tiempo de saludar tan siquiera al viejo amigo. Aunque profundamente herido, Patricio no desistía y continuaba profesándole el mismo amor, aunque claro, ahora más alejado de su Dulcinea en brazos de otro. Ingresó en la facultad de medicina para estudiar la profesión que había querido desde pequeño, pero en las clases permanecía mucho tiempo distraído, inmerso en sus sueños. Gracias a su inteligencia y perseverancia logró concluir con éxito los estudios a los veintitrés años y comenzar a trabajar en una clínica particular de gran reputación. Era muy querido y respetado, aunque todos comprendían que él podría dar más de sí mismo. Continuaba siendo el joven introvertido y melancólico de siempre, hasta que un día una trágica noticia cambió el rumbo de su vida.
El temperamento de carácter más bien flemático milagrosamente se transformó en sanguíneo e hiperactivo. De forma paralela a su trabajo pasaba el día investigando, comunicándose con otros hospitales y centros médicos, no sólo en su país como en todo el mundo. Imprimía las direcciones y teléfonos que encontraba y no dejaba de llamar, enviar correspondencia o visitarlos constantemente. Apenas dormía y durante todo el día su actividad no disminuía un minuto. El paso del tiempo lo agobiaba y parecía que lo quería detener. Ya nadie lo veía pensativo o taciturno, por el contrario, parecía un ciclón en pleno apogeo.
En la cama número trece del quinto piso del Hospital Español el cardiólogo continuó la conversación con la paciente.
__Pues bien Leticia, como te decía es muy importante que hables con este señor. Es el Dr. Rodrigo Silveira, abogado de un antiguo amigo tuyo __la joven escuchó en silencio.
__Exactamente Leticia. Soy el abogado de la familia de Patricio Sánchez, quien pasó los últimos dos años buscando desesperadamente un corazón compatible. No descansó un instante. Lamentablemente hace dos días sufrió un accidente grave y no existen posibilidades de salvación __el abogado sacó un documento del maletín y se lo entregó a la joven__. Ese es su testamento firmado antes de caer en coma irreversible. En él consta que te entrega su corazón como prueba de amor. Es perfectamente compatible con el tuyo.

16 de julio de 2010

Biografía de un cimarrón

Esteban Montejo

Autor: Leonardo Venta

Biografía de un cimarrón (1966) es una novela-testimonio narrada en primera persona, basada en entrevistas realizadas a Esteban Montejo, un negro cubano de 105 años, transcritas y editadas por Miguel Barnet.

El batanero y el carbonero (fábula)


Autor: Esopo el fabulista

Un carbonero que hacía su trabajo en cierta casa visitó a un batanero que trabajaba no muy lejos de él, invitándole a trabajar en un mismo local, pues de este modo, además de mayor amistad vivirían con menos gastos al usar solamente una casa. Pero le respondió el batanero:
-Eso para mí es imposible, pues todo lo que yo blanqueara, tu lo ennegrecerías de hollín al instante.

Moraleja
No debemos asociar actividades de naturalezas contradictorias.

II Certamen Literario Leopoldo de Luis de Poesía y Relato Corto 2010

Fallo del II Certamen Literario Leopoldo de Luis de Poesía y Relato Corto 2010

July 15, 2010


PREMIO LEOPOLDO DE LUIS DE POESÍA:
Número: 405 Título: Grima y los Escombros Seudónimo: sin especificar
Que, al abrir la plica, correspondió a D. Roberto Ferrer Hernández.



ACCÉSIT LEOPOLDO DE LUIS DE POESÍA:
Número: 358 Título: Saludos y Despedidas Seudónimo: Urbanita
Que, al abrir la plica, correspondió a Dª Carmen Escohotado Ibor.



PREMIO LEOPOLDO DE LUIS DE RELATO CORTO:
Número: 85 Título: ¿ La conocías? Seudónimo: H. Bustos Domecq
Que, al abrir la plica, correspondió a Dª María Luisa Frisa Gracia.



ACCÉSIT LEOPOLDO DE LUIS DE RELATO CORTO:
Número: 336 Título: De la Luna a la Tierra Seudónimo: Aquí en Tetuán
Que, al abrir la plica, correspondió a D Luis Felipe Díaz Galeano.

14 de julio de 2010

EL NABO DEL DIABLO (relato)


Autor: Alexie Dumpierre, escritor cubano exiliado en Brasil

Nadie sabía cómo aquella infausta enredadera, conocida también como Nabo del Diablo, había ido a parar allí. De color marrón con manchas escarlata, exactamente debajo de la ventana de la sala, le llamó la atención desde que compró la alquería y no dejaba de pensar en cortarla. Por sus ramas secas y color se infería que había muerto hacía muchos años, aunque a veces daba la impresión de ser un ente vivo espiando todos los movimientos en el interior de la centenaria mansión situada en la Sierra de Guadarrama, en la vertiente opuesta al Real Sitio de San Idelfonso. Sus gajos, que más bien parecían alambrados con púas de hierro oxidado, se entrelazaban formando una enmarañada y espesa estructura multiforme. Unos, mucho más pequeños y concentrados, constituían unas especies de esferas deformadas que sobresalían en distintos puntos de la superficie. Ahora, mientras desayunaba, Enrique observaba una de ellas, que parecía que iba a desprenderse.
- Esta misma semana te cortaré, desgraciada. Hoy compraré el ácido para matar tus raíces y nunca más te veré en la ventana. – Susurró entre dientes con el rostro ceñido.
- ¿Estás hablando solo, mi amor? Ese es un mal síntoma. ¿Tanto te preocupa ese proyecto? – Le preguntó la hermosa mujer.
- No, no es nada. Pensaba en voz alta. En realidad los planos están bien adelantados. La empresa no comenzará las obras hasta no tener la seguridad de la existencia de otros posibles pozos en la región. – Respondió y sonrió, al tiempo que acarició con la diestra el rostro de la esposa.
Volvió a mirar hacia la enredadera y la pequeña esfera de gajos espinosos ya no estaba donde él la había visto. Se levantó de la mesa despacio para evitar que la mujer sospechara algo y fue hasta la lumbrera. Buscó con la vista por los alrededores y en ninguna parte se veía aquella extraña configuración globular. Observó el arbusto con detenimiento y sintió la sensación que respiraba, que su complicada estructura se movía levemente al compás de un ritmo aciago, parecido al sonido de un corazón acelerado. Contempló con calma otra de las pequeñas esferas muy próxima a la ventana y sintió su cuerpo temblar de pies a cabeza.
- Creo que ya es hora de salir. Debo regresar temprano para terminar la última planta de la plataforma. – Dijo en tono poco común.
- Yo ya estoy lista. Déjame sólo limpiar la mesa y dejarle agua y comida a Pupy.
- Iré sacando el carro del garaje. No demores – Concluyó esbozando otra sonrisa.
Por el espejo retrovisor del lujoso Ford Enrique vio alejarse los densos jardines de la vieja estancia y sintió un escalofrío en todo el cuerpo. La había comprado el año anterior a petición de Elisa, quien era más joven que él y había terminado la licenciatura en botánica. Ella tenía la intención de construir allí viveros y un pequeño laboratorio para estudiar el comportamiento de las plantas. Él había nacido en el seno de una familia de clase media alta y como prestigioso ingeniero en petróleo acumuló una cierta fortuna que le permitía complacer a la joven científica. Dedicado por entero a los estudios, el trabajo y la mujer, era un hombre introvertido y flemático. Tenía pocos amigos y su tiempo libre lo empleaba en la lectura de las mejores obras de la literatura universal. Por tales motivos, la residencia construida con el material que sobró de la Basílica, a pocos kilómetros de Segovia y abandonada hacía años podía ser un sitio ideal para el lozano matrimonio, pero Enrique nunca se sintió totalmente conforme con la adquisición del inmueble, subastado a un bajo precio por los descendientes de los primeros habitantes de la región.
- Me gustó el colchón de paja que colocaste en la casita de Pupy. – Lo interrumpió Elisa.
- No entendí lo que dijiste. – Respondió él mecánicamente, pues estaba abstraído en sus pensamientos.
- Es mejor que te concentres en el tránsito. Aquellos coches vienen en alta velocidad. – Pero en la mente de Enrique se grabaron como un eco perturbador las palabras de la mujer.
Emplearon todo el día en las múltiples gestiones que tenían que resolver, entre ellas la contratación de la empresa que iría a comenzar la construcción de los viveros la próxima semana. Realizaron compras y él no se olvidó de adquirir la botella de ácido para quemar las raíces de la enredadera, pues había convencido a Elisa durante el almuerzo que iría a cortarla. Regresaron a las siete de la noche y al apagar el motor del carro dentro de la cochera escucharon los ladridos del perro muy agitado, lo que era poco común en aquel manso animalito. Enrique fue con las compras directo hasta la cocina y lo primero que hizo fue escudriñar dentro de la casita de Pupy, pero allí no estaba el colchón de pajas al que Elisa había hecho referencia. Para no inquietarla, se abstuvo de hacer comentario alguno, le dio un beso y fue directo al estudio para trabajar en el proyecto mientras ella preparaba la cena, que sería una fabulosa paella, acompañada de vino importado. Al atravesar la sala miró hacia la ventana detrás de la cual estaba la enredadera y pensó: “Mañana mismo acabaré contigo. Ni un día más, ni menos” Pero en la oscuridad no se percató que sobre el arbusto ya no había ninguna de las decenas de estructuras esféricas. Colocó los planos de la segunda planta de la plataforma sobre la mesa y se concentró en el trabajo. En realidad le faltaba poco y podría concluirlo antes de sentarse a la mesa.
No había transcurrido más de una hora y media cuando los aterradores aullidos del perro y los gritos de la mujer llamándolo lo dejaron sobresaltado. Al levantarse como un resorte y salir corriendo en dirección a la cocina tropezó con algo que se arrastraba y cayó al piso. Desesperado con los chillidos de Elisa no se detuvo a ver lo que era, le dio un fuerte puntapié y se incorporó bruscamente. Corría como nunca lo había hecho y entró en pánico al escuchar nuevamente aquel sonido arrítmico que parecían golpes cada vez más fuertes sobre las paredes y el techo. Era una resonancia ensordecedora que contaminaba todo el ambiente de la casa. Le faltaban pocos pasos.
Al atravesar el umbral de la puerta lo primero que vio fue una enorme configuración de aquellos gajos enmarañados creciendo y avanzando en todas direcciones. En una de sus cóncavas irregularidades contempló todavía afuera el hocico ensangrentado de Pupy. Escuchó los gritos apagados de su mujer y al levantar la vista divisó otra de aquellas amalgamas de bejucos espinosos debajo del fregadero, en la que todavía estaba afuera una de las piernas de Elisa. Enrique dio un salto descomunal por encima de la primera y aseguró con las dos manos la extremidad inferior de la mujer. La haló por algunos segundos con todas sus fuerzas, mientras el resto de la pierna era engullido, hasta que finalmente cayó para tras con el pie mutilado entre las manos.
Se incorporó a la carrera y comenzó a gritar de forma descomunal, mas nadie lo podía oír. Sintió que sus piernas estaban siendo presas entre aquellos maléficos tentáculos por las espaldas. Con enorme dificultad tomó el teléfono móvil y a duras penas logró llamar a los bomberos, pero únicamente pudo gritar auxilio y balbucear el nombre de la calle. En ese instante una poderosa fuerza venida desde el jardín rompió en pedazos los vidrios de la puerta, estremeciendo las paredes y techo de la casa.

13 de julio de 2010

Una flor erguida sobre su perfumada belleza (antología poética)

Prólogo

De esta antología diremos, intentando una justa definición, que se trata del lugar donde se juntan grandes vertientes alimentadoras para formar un solo río; es en ese privilegiado espacio donde nos encontramos con la muestra palpable de la poesía de Francisco Muñoz.
Al inicio tenemos a Gelman y Benedetti con toda su nostalgia, Calderón de la Barca con su dolor interior y Descartes con la duda ante la vida y por la vida. Fatalidad de tragedia griega en algunas líneas, Pedro Calderón de la Barca con su renuncia a la vida o el dolor existente.
Lo existencial convertido en una constante reflexión. Todo el ser ante su dolor como ante un magnífico peso, con Scorza y Vallejo expresados en su máxima calidad. Surrealismo, Simbolismo y figuras literarias clásicas expresadas con libertad en los textos.
Poeta-lector comprometido con los escritores que admira, Muñoz dialoga con Borges, Sartre, Kafka, Camus abordando como tema eje su preocupación por la degeneración humana. Presentes en grado destacado, están la Generación del 98: Machado, Azorín y Unamuno.
Las palabras bailan, cantan, son coloridas y tienen un espíritu imbatible. España espíritu regional, patria pequeña para luego ser patria grande.
Surcan los poemas el espíritu de Rubén Darío en Cantar de Vida y Esperanza y José Santos Chocano en Alma América. Del mismo modo, Bécquer es otro de los referentes inmediatos. Y es cuando la voz poética se aclara y acelera que nos remitimos a J. R. Jiménez; o Luis Cernuda cuando el verso se torna doloroso y pasional.
Es Antonio Machado en la voz de Muñoz o Muñoz en la voz de Machado, eco bravío.
El poema a manera de Whitman para el continente de Hispania. Alberti, Unamuno, Camilo José Cela, Juan Goytisolo, Juan Marsé, Juan Benet todos alimentan estos versos a manera de narración. El ir a la causa y consecuencia de la literatura clásica romana o el devenir de Fray Luis de León o Jorge Manrique.
La esencialidad y lo intrincado del uno interno tan uno para sí mismo, para el poeta como ser humano sensible.
San Juan de la Cruz, Sor Juana Inés y Góngora para llegar a la conjunción de los divino y lo humano. Maldice a la manera de Baudelaire y Rimbaud la negación
a la vida. Los elementos de la tierra en la filosofía griega es el punto de partida.
Se identifica claramente al Amado Nervo de La amada inmóvil. ¿Para qué somos humanos si nos destruimos?
Lo existencial, lo Absurdo a manera de texto irónico o de matiz oscuro.
Hay filosofía oriental. La utopía, lo místico a manerade Keats y William Blake. Reinicia con el Simbolismo,
luego camina sin pausas por el Modernismo y la Vanguardia. Encontramos a Thomas Elliot de Tierra
Baldía. Vemos el romanticismo de Goethe y Lord Byron. Quién más que el gran y genio y figura del poeta del siglo de oro Francisco de Quevedo para redondear la entrega.
En síntesis, los veintinueve poemas que conforman esta antología deben leerse como una muestra representativa de la gama de posibilidades estéticas desarrolladas por Francisco Muñoz a lo largo de casi 30 años de escritura continua.

Julio César Benavides Parra

Lima, otoño de 2010

7 de julio de 2010

El “boom” de la literatura latinoamericana



Autor: Leonardo Venta

El llamado “boom” de la literatura latinoamericana, que surgió en los años 1960 y se prolongó aproximadamente hasta comienzos de la siguiente década, es un explosivo fenómeno narrativo difícil de agrupar bajo un común denominador.
El “boom” reúne autores, jerarquías e intereses editoriales, ideologías, marcas formales, especulaciones de consumismo, precisados por defensores y detractores, dentro del espectro de una gama variada de juicios.
“Menos de una década habría durado un procesamiento público de los valores literarios que se cuenta entre los más confusos y los menos críticos que se hayan conocido en las letras latinoamericanas”, afirma el crítico Ángel Rama.

Cenizas del mediodía (poesía) de Carlos Barbarito









Viñeta

Jonah Gabry
Es por el tratamiento del deseo que se puede hacer un puente entre Barbarito y el neobarroco. Central en la obra de Barbarito es la búsqueda del objeto del deseo, descrita por Lacan como una falta insaciable e inherente que define a los seres humanos y que nos provoca la acción. Dicho de otra manera, la esencia de la experiencia humana es justamente esa falta, que nos mueve a producir cultura, a crear, a tendernos hacia un objeto siempre por alcanzar, y por tanto siempre momentáneo. Barbarito, igual que Perlongher, explora lo inasible de esa falta a través de la poesía, el género literario más capaz de alcanzar el nivel de lo transitorio. 
 


Viñeta

Floriano Martins
Al buscar un desnudo intenso, la poesía de Carlos Barbarito descubre que son infinitas las capas de desnudez que se disfrazan de vestimenta, y que tal aventura es tan inagotable como lo es la propia vida.
 

Viñeta

Eduardo Espina
Sin generalizantes idiosincrasias, Barbarito interroga la realidad mediante un plan distanciante, instalando estilos dentro del estilo, momentos de permisividad en la sintaxis... En tanto rechazo de la nomenclatura poética en tono realista, y sobre todo en tanto discrepancia estética con sus caprichos, esta lírica impone una oferta de deriva, la del significado, en la cual, no obstante, ninguna propedéutica queda interrumpida. Por el contrario, las palabras alertan al conocimiento para que tenga ganas de estar más cerca de ellas, que son su propio proyecto, el lugar de sus ideas. Para lograr su cometido, el lenguaje recupera los primeros momentos de su comienzo, esas instancias anteriores al origen, en las cuales actúa fuera de todo propósito para poder seguir preguntando... poesía del folio, esto es, aquella que articula su actuación a partir del archivo de sentidos de la palabra. En el folio se pacta la representación. La vida a partir de lo vivido, vívido. De esta manera, la información de lo real expuesta por la intimidad del lenguaje incluye la opinión y el rastreo de los sentimientos como acceso antes no considerado, como peregrinaje hacia un punto de partida siempre itinerante. Las enmiendas de la posibilidad (lo que siempre puede ser aunque no exista) no son las de la razón establecida por prerrogativas logicolineales. No es esa la razón en juego. Hay otra causa. Una razón paralela: corazón. El corazón con razón.

Nota: Tomado de la Editorial Praxis 

5 de julio de 2010

Oye… (cuento)




Autora:  Elia Casillas


No, ya no oyes. Seguiré enviando poemas, tú sin contestar, un día me cansaré. Te preguntarás, ¿y aquella loca de los poemas, qué fue de ella? Pondrás mi nombre en google, alguna noticia nueva habrá de asombrarte, pero quieres ver mi rostro, el cuerpo con bikini, entonces, irás a imágenes. El tiempo hizo cambios en mí, pero, también en ti, estás triste (eso quiero creer). Te cuestionas si algún día tuviste oportunidad de viajar y verla. O si ella en un arranque de paranoia tomó una maleta y te dijo, "hola, soy aquella, aquella que te mandaba poemas".
No, eso imaginas, pero no puedes ir a esa esfera para buscarme, tampoco puedes regresar en la flecha del pasado y ver que pasó, dónde quedó aquella que te escribía (eso quiero creer).
El polvo con mano implacable barrió las huellas, nunca sabrás que pudo haber pasado. Recuerdas esa noche, le dijiste que te estaba amenazando con irse, pero no sabías que en un instante de pena, ella tomó una tijera y cortó la hebra que los conectaba, porque nunca te retó, sólo bromeaba contigo, jugar se había hecho una distracción. ¿La extrañas?
No, tienes muchas fans a quienes te debes, ella lo sabía pero... Robar horas a la noche para charlar contigo, para ver al amigo, para exprimirlo con preguntas, con sus cuentos, con sus dolencias.
Hay una cruz, muchas cruces, imaginas un epitafio divertido, así como era ella, pero sólo ves el abandono donde descansa, buscas unas flores, tienes que limpiar. Afinas, estás ahí con tu guitarra, no sabes cómo empezar, le hablas, dices que un día de lluvia cuando la recordabas y sin saber cómo, abrieron las palabras y de pronto te viste haciendo una canción para ella (eso quiero creer).
Anhelas cerrar los ojos y pensar que nada sucedió, que ella está conectada a la noche, como siempre, y tú haciendo malabares para charlar con ella, con tus amigas, para contarle lo bien que te ha ido, le dices que leíste sus poemarios, aquellos que compartía contigo...
Cierras los ojos, pides a Dios que esa escena termine, quieres escuchar de nuevo su voz, ver sus manos, abres los ojos, has terminado la canción, pones una rosa en medio de su despedida, y te vas.
Llueve, el automóvil tiene un sonido y te arrulla, ella se acomoda en tu pecho, ella, la loca de los poemas, quieres verla, pero el terror al sentir su mano descarnada hace que pierdas el conocimiento.
El grito del chofer diciéndote que han llegado a la terminal, te saca de la pesadilla. Te vas, has cumplido, le cantaste su balada, esa promesa que hiciste una noche, cuando al abrir google, te encontraste con aquella noticia que te llenó de asombro.




Chihuahua, Chihuahua. Junio 16 de 2010

2 de julio de 2010

¨El árbol de la ciencia¨ de Pío Baroja





Autor: Leonardo Venta


El árbol de la ciencia de Pío Baroja y Nessi (1872-1956), si bien tañe notas de pesimismo e insatisfacción, conformes al sentir de las disímiles personalidades literarias españolas agrupadas bajo el nombre de generación del 98, refleja un espectro filosófico más amplio que el de una simple postura generacional.
A través de los diálogos establecidos entre el joven Andrés Hurtado, el protagonista, e Iturrioz, su ilustrado tío, la novela examina temas como el dolor, el epicureismo, el matrimonio, la muerte, la ciencia, la religión, la prostitución, la pobreza, la soledad existencial, la predestinación, la voluntad, el semitismo, la representación de la realidad; en fin, la vida en sí.

En aparente calma de serena concavidad (poema)


Autor:  Francisco Muñoz Soler

"Como aré y sembré, recogía:
aré un alterado mar.
Sembré una estéril arena,
recogí vergüenza y afán."
LUIS DE GÓNGORA

En aparente calma de serena concavidad
de engañoso y mortal paso lento
llegan mis amaneceres esperando a San Telmo
fuego del Tántalo son los hijos de Leda
que enfebrecen e importan mi ánima
mostrándome la alta roca y el veneno.

Anhelo la Edad huérfana de ambición,
ni desdichados días y esfumado caudal
fruto de semillas en estériles arenas
han procurado cordura en mis lágrimas de extravío,
persigo quimeras de premios huecas
carcasa de sierpes para mi vergüenza.


De Restauración 2009

Fábula de Esopo

El canoso y sus dos pretendientes


Un hombre ya canoso tenía dos pretendientes, una joven y otra más vieja.
Apenada la de mayor edad de tratar con un hombre más joven que ella, cada vez que él la visitaba le quitaba los cabellos negros.
A su vez la más joven, no queriendo tener por amante a un hombre viejo, le arrancaba los cabellos canos.
Con esto sucedió que el hombre, pelado alternativamente por una y por la otra, se quedó completamente calvo.
Moraleja
Lo que mal se distribuye, mal se retribuye.

Yo busco (prosa poética)



Autor: Tony Pichs

Yo busco esa forma y estilo que cuya entrada desgrane la música
una forma que al amor le dé cien silabas  formando un rosal con orejas grandes.

Busco   la forma de unos labios para besar a oscuras con colores ardientes
Que deje atrás tu alma triste   y que me dé tus pensamientos de locura.

Yo busco acabar con el hambre de esos que piden sin saber por qué piden
Busco el pan en el aire   en las canciones que nos hacen llorar
Busco    que me saques de las ilustres ruinas en las que he quedado.

Busco la clave fragancia de tus poros    la ansiosa risa que sepulta mi tristeza.

Pongámosle una torre a ese pabellón que no siempre rima con nuestros deseos
Juguemos a ser conscientes con nuestro mundo     detónate    que abrasa nuestras ganas.

Ayúdame a encontrar en lo profundo de tu aroma ese fuego que ocultas en tus ramos
En esta vida   estoy conciente de que no soy yo   sin el alba de tus labios.

1 de julio de 2010

Cazando monos

Autor: Leonardo Venta

La escritora Cristina García, de 51 años de edad, establecida en Estados Unidos desde los dos años, es autora de reconocidas novelas como Soñar en Cubano – que el New York Times calificara “una joya” –, Las hermanas Agüero, ¡Cubanísimo! , A Handbook of Luck y Monkey Hunting, entre otras.

Ozono, el olor de la lluvia en el aire... (poema)



Autor: Carlos Barbarito

Ozono, el olor de la lluvia en el aire
y mi miedo que augura el Diluvio
mientras ando lejos de la casa;
me veo en una ciudad sumergida
y ahogado entre los ahogados,
a la deriva y con los ojos abiertos.
¿Qué más remoto ahora
que aquella mano sobre mi cabeza,
la mínima luz, de lámpara o vela,
que alumbraba el calendario
que siempre anunciaba manifestación
y milagro, la Epifanía?

Diógenes y el calvo (fábula)

foto tomada de   articulo.mercadolibre.com.mx/MLM-31508372-_JM
Autor: Esopo el fabulista

Diógenes, el filósofo cínico, insultado por un hombre que era calvo, replicó:
-¡Los dioses me libren de responderte con insultos! ¡Al contrario, alabo los cabellos que han abandonado ese cráneo pelado!

Moraleja

Si regalamos un insulto, no esperemos de regreso un regalo menor.

Oídos, nariz, ojos: tiene que haber otra cosa... (poema)



Autor: Carlos Barbarito
(A Rubén Grau)

Oídos, nariz, ojos: tiene que haber otra cosa.
otro modo de saber qué nos mata
o nos salva, cuál es el destino real del largo viaje
en el que estamos desde siempre embarcados
y que apenas si alcanzamos a entrever
en los ojos de los otros,
en el vuelo de los pájaros de rama en rama.
Tiene que haber una manera diversa,
un instrumento más allá de la brújula,
el compás, el cronómetro;
de la tierra lodosa, por fin, a tierra firme,
del mero número al color y sabor del número,
de la sangre en la tierra a la sangre,
para siempre, purificada por la luz, el agua.

Farewell (cuento)



Autor: Miguel Angel Fraga

Estuve toda la noche pensando si debía asistir a su despedida en la estación férrea. Me sorprendió el alba con la certeza de que tenía que estar, al menos diez minutos antes de las tres, hora en que partirá el tren Nº 472 con destino a Santiago de Cuba. Me preparo un frugal desayuno a las nueve de la mañana de hoy domingo y pienso en lo impostergable del compromiso. Me sorprenden las diez y las once convencido de que mi presencia en el lugar es obligatoria. Justo al mediodía me animo y me dirijo al armario pensando en el vestuario conveniente para tan conmovedor momento. A la una y media aún estoy frente al ropero, ahora con la duda si he de llevar saco y corbata o vestir ropa dominguera. Faltando una hora para la partida del tren Nº 472 con destino a Santiago de Cuba concluyo que es necesario, urgente, que acabe de vestirme de una vez. Las dos y treinta de la tarde. A esta altura vuelvo a dudar si mi presencia será oportuna y termino por no estar conforme con el nudo de la corbata. Intento la operación una docena de veces y acabo desistiendo de tan distinguida prenda. Quince para las tres; aún sin peinarme me planto ante el espejo decidido a todo. Vuelvo a mirar el reloj. Tres menos diez. A esta hora debía haber estado despidiéndole. De todos modos el camino a la estación es corto y en un taxi podré vencerlo en cinco minutos, correr un poco por el andén y alzar mi mano para decirle adiós como en las películas. Cinco para las tres. Tres menos tres minutos. Las tres. Tres y cinco. Termino de observarme el acné de mi rostro y de hacerle muecas al espejo. Justo en estos momentos el tren Nº 472 con destino a Santiago de Cuba debe estar piteando al tiempo que rueda sobre los rieles de la vía férrea. Intento apurarme, pero enseguida me convenzo de que es muy tarde para la despedida que me ha mantenido insomne desde anoche.
Tres y diez de la tarde. Con las manos en los bolsillos de mi pantalón camino sin prisa por las calles del barrio en busca de un bar para beber algo.

En un rincón cerca del cielo (reseña)


En un rincón cerca del cielo, entrevistas y testimonios sobre el SIDA en Cuba (Editorial Aduana Vieja, 2008) es el libro que muchas personas necesitan leer. Por primera vez tienen voces propias los implicados en la pandemia, los malditos, los olvidados. Pacientes, familiares y trabajadores de la salud cuentan sus experiencias. Hablan de sí y del significado trascendental que tuvo la epidemia en la transformación de sus vidas. Es un libro polifónico y controversial que conmueve y desgarra. En sus páginas se desvelan acontecimientos que estremecieron al mundo durante los años del pánico (décadas del 80’ y 90’) y que tuvo en Cuba una particular incidencia por ser el único país que creó sanatorios para aislar a los seropositivos y enfermos de sida.


Miguel Ángel Fraga (narrador y poeta) en su libro no se presenta como un investigador o mediador de la información. Es uno más de los implicados que sin hacer resaltar su voz, sufrió igualmente los azotes de la enfermedad, el estigma, el miedo y la desesperanza.

“Mucho se ha hablado de la política del estado cubano con relación a los pacientes VIH/SIDA, al grado de polarizarse el debate sobre las expectativas de vida de los seropositivos y sobre si es conveniente la existencia de un sanatorio por las posibilidades que este brinda a los enfermos en cuanto a una mejor alimentación y mayor tiempo de vida. Del mismo modo, se ha establecido una polémica sobre la limitación del sentido de libertad del individuo, los trastornos psicológicos que puede acarrear la segregación social y los ambientes alienados o si, en definitiva, el sanatorio debió existir únicamente como opción para aquellas personas que realmente necesitaban este tipo de servicio hospitalario. Con este trabajo permito que sean las personas que mayor tiempo han estado en contacto con la pandemia las que den fe de los hechos.” [Miguel Ángel Fraga. Fragmento del Prólogo.]

“Libros como los de Miguel Ángel Fraga nos retuercen nuestra conciencia cívica; nos convierten en carceleros anónimos que coadyuvamos, directa o indirectamente, a una política de salud errada, absolutamente arcaica, medieval”. [Mirta Suquet. Rostros del VIH/SIDA en la literatura cubana: construcción de una identidad entre la sujeción y la oposición. Ponencia presentada en el IV Congreso Internacional sobre Creación y Exilio, Con Cuba en la Distancia.]

“La prehistoria e historia del VIH/SIDA en Cuba, su tratamiento y la estrategia del estado cubano al respecto encuentran aquí respuestas diversas que en algunos asuntos se tornan divergentes, e incluso colisionan. La expresión de todas esas voces democratiza el espacio del texto y compulsa al lector a ser un receptor activo, obligado a procesar la información y sumarse al debate. Todo el libro está estructurado sobre esa confrontación de ideas y conceptos”. [José Antonio Michelena. El sida desde adentro. Cultura y Sociedad no. 2, febrero 2009.]