Por Alberto Lauro
Con la misma furia de la primavera
Nota a la segunda edición
Este es un libro que se publicó pero que no existe. Los poemas fueron escritos por Alberto Lauro (Holguín, Cuba, 1959) entre los años 1983 y 1986 en Holguín y La Habana. Después de arduas discusiones del jurado, Con la misma furia de la primavera obtuvo el Premio Literatura-86 y fue publicado en abril de 1987. El poeta Manuel Díaz Martínez presidió el jurado y –como antes le sucedió con el libro Fuera del juego de Heberto Padilla o Hija de Eva de María Elena Cruz Varela- le otorgó la distinción, en contra de la institución que lo convocaba: el Sectorial Provincial de Cultura de Holguín.
A ello le siguió un enfrentamiento del autor con los funcionarios de esa entidad, y luego con los del Partido Comunista de la localidad al negarse a suprimir algunos poemas que, según le objetaron, daban una imagen negativa y contestataria de la juventud cubana, así como lo inconveniente de algunos nombres que aparecían en las dedicatorias. El autor se negó y amenazó con publicarlo fuera de Cuba. Para evitar el escándalo, el libro vio la luz con muchísimas erratas y omisiones de algunos destinatarios de los poemas. A su presentación en Holguín, sin convocatoria de prensa ni público, asistió el poeta Eliseo Diego para dar apoyo a Alberto Lauro. No hubo notas periodísticas ni tuvo reseñas, salvo la aparecida en la revista Manxa, de Ciudad Real (España), firmada por el poeta y crítico Antonio González Guerrero. Ya para esa fecha era un joven poeta de reconocido prestigio. Había obtenido varios premios literarios nacionales, participado en programas de radio y televisión, y en eventos auspiciados por la Biblioteca Nacional José Martí, el Ministerio de Cultura, la Asociación Hermanos Saíz (apéndice de la Unión de Jóvenes Comunistas que controla a los artistas y escritores jóvenes) y la Casa de las Américas, amén de su precocidad como periodista en el diario Ahora de Holguín. No le permitieron cumplimentar las invitaciones literarias que recibió de universidades y entidades extranjeras, aunque él reclamó este derecho durante varios años al mismísimo Comité Central del Partido Comunista de Cuba.