"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", Jorge Luis Borges


30 de mayo de 2011

¿Qué espero ser, entre las sombras...?, de Carlos Barbarito



autocuracion.net


¿Qué espero ser, entre las sombras…?

¿Qué espero ser, entre las sombras,
cuando el día enumera los muertos
y olvida el nombre de los vivos?
¿Qué estela, máscara, quimera aguardo
para no desaparecer al cabo del día
como la flor en el vaso;
qué milagro, crimen, fulgor aguardo
antes de que la ola golpee contra la roca
y todo quede, de una vez y para siempre, explicado?
¿Qué súbito fuego en el agua,
qué imprevista aparición angélica en la escena,
qué llave exacta un instante antes del viento,
qué Lázaro resurgido de su hueco bajo los malvones?
¿Y si lo turbio gana espacios en los jardines,
invade hasta lo más preciado,
quita iluminación de estaño hacia la inocencia,
vuelve apenas uno lo que era doble,
convierte en artificio el olor del pan, el sabor del pez?
¿Qué seré – me pregunto-, esta misma noche
mañana, nunca, mientras los niños juegan,
en un eterno mediodía, que ni en sueños alcanzo?

Nota: Acontinuacíón...   Paracelso y otros poemas, del poeta argentino Carlos Barbarito. Para saber más sobre el autor, pincha aquí  No se pierda la lectura de ese importante poeta argentino.

28 de mayo de 2011

Camille Claudel, de Francisco Muñoz Soler

etnografo.com

CAMILLE CLAUDEL

Desde la incógnita y desamparada tumba
Donde se pierde el tiempo y el espacio
De la consciencia vertebradora de memoria
Desde la innominada y fría reclusión
Donde los huesos forjaron cenizas
Y germinará alimento cárdenos labios
Desde cielos de arrojes invisibles
De imaginados días sin escenarios
De moldeadas tallas sin cincelado
Desde la lejana cercanía de la sangre
Páramos de colmillos inclementes
Desgarrada Gaia de eclipse lunar
Desde los vitrales de un tiempo excluyente
De la consustancial libertad inmanente
Del carácter apresador de movimiento
Desde el plenilunio del agudo detalle
Atalaya trasmisora del proporcionado énfasis
Que ilumina la cara oculta de los seres
Desde la certeza del sendero de búsqueda
Fragante melodía de un tiempo futuro
Alejado de las huellas de sus valientes pasos
Desde la paterna y desbordada alegría
La decidida complicidad de sueños e ideales
A partir de la pila de agua bendita: Camille
A Orlando Ferrand

21 de mayo de 2011

En las guerras, de Francisco Muñoz Soler


   toa-d.blogspot.com

En las guerras la realidad
siempre supera lo que se ve
y lo que se imagina,
es la sublimación
de lo más abyecto y cruel
de las personas.

Jane Eyre

telegraph.co.uk

Por Leonardo Venta




La novela Jane Eyre de Charlotte Brönte fue publicada en 1847 y obtuvo un éxito inmediato por parte del público. Cumbre del romanticismo, es una de las más enternecedoras historias de amor de la literatura universal.

Huérfana, Jane es trasladada al internado de Lowood. Allí crece. Al cumplir los 18 años consigue empleo como institutriz en la mansión de Thornfield Hall, donde se ocupa de la educación de Adèle Varens, la protegida de Edward Rochester.

Jane y Rochester terminan enamorándose. Sin embargo, la desigualdad social crea barreras entre ambos. Una noche en la que Jane está paseando con el señor Rochester por el jardín (escena que aparece en el video que se muestra aquí), éste le anuncia que piensa casarse y que ella debe marcharse a Irlanda. Enamoradamente airada, Jane le confiesa que no puede vivir si él. Conmovido, el señor Rochester le declara su amor y le ruega sea su esposa.

La institutriz acepta. No obstante, el día de la boda, alguien revela que Rochester ya está casado. Sin más opciones, Rochester admite su oscuro secreto: oculta a una esposa completamente loca. Jane, desilusionada, abandona Thornfield.

Transcurrido el tiempo, Jane escucha la angustiada voz de Rochester en la distancia. Regresa a Thornfield para encontrar el lugar en ruinas. La desquiciada ha fallecido en un siniestro causado por ella. Rochester ha quedado ciego. Jane Eyre y Edward Rochester se casan.

15 de mayo de 2011

A veces cuando volvemos, de Francisco Muñoz


A VECES CUANDO VOLVEMOS
charlasbiblicas.blogspot.com

A veces cuando volvemos
de tu terapia vespertina
por la larga y desnuda avenida
tengo el cariñoso impulso
de dejar que te adelantes
y tomar unos pasos de perspectiva,
para mirarte detenidamente
sentir pausadamente como creces
ver como vas ganando autonomía
y se acrecienta tu natural hermosura.
Al hijo más bueno del mundo.

Pata de león (minicuento) de Pedro Merino


pasapues.es

PATA DE LEÓN.

El parque tenía asientos, bases de mármol. Querían restaurarlos.
Pasaba un camión con animales rumbo al zoológico.
Había manchas por la acera. Terminaban en un banco. Una de las patas de león estaba de pie, pero no se movía. Pensé que se la habían arrancado en una pelea y que la sangre caliente hizo que saltara hacia el parque.
Me acosté y todavía seguía firme, con las pesuñas afiladas. Al amanecer la vi por la ventana. Seguía en el mismo lugar. Bajé la escalera y mientras me acercaba, vi llegar a una brigada con un compresor de aire en dirección a la pata de león... empotrada en el mármol.

6 de mayo de 2011

Vivir, de Francisco Muñoz



Vivir
es un ejercicio de actitud constante
un dejarse llevar y a la vez retener
las complejas esencias
de nuestras emociones y sentimientos.

Certeza, de Francisco Muñoz



CERTEZA

A mi hijo se le murieron los abuelos,
a uno no lo conoció, al otro casi por fotos,
ha asimilado que los abuelos se mueren
y da por bueno y lógico que moriré cuando sea abuelo,
en su conforme seguridad yo le pregunto, mirándole a los ojos,
tendrás hijos, por supuesto me dijo íntimamente convencido.
….y seguimos en lo nuestro, en lo incierto.

El libro secreto de José Martí


libreriasonica.wordpress.com

Por Angel Velázquez Callejas


El “Concepto de la vida” o el “Sentido de la vida”. Fue el posible título que José Martí refirió en más de una ocasión para un libro que pensaba escribir sobre la naturaleza de la existencia humana, sobre el sentido de existir en el mundo, cuya base teórica dominara el entendimiento de las manifestaciones sociales y culturales del hombre moderno. En esa intención estaba el impulso de la obra de Schopenhauer y de Emerson, pero el libro nunca apareció. Martí debió posponerlo para un momento adecuado, pero éste nunca llegó.

Senda de vida, de Francisco Muñoz


SENDA DE VIDA
“Y, como se conoce, en suerte y pensamiento se mejora.”
FRAY LUIS DE LEÓN
I
Con constante llaneza
en concertada paz
hacia el ánimo tranquilo
alejado de riquezas
e infaustos honores
en mejorado solaz
sentir reconocerme
tras luengo error,
cambió la suerte
y mi pensamiento mejora.

II
Intentando esclarecer
mis constantes dudas
sobre el alma inmortal
y su original cósmica,
cultivo lo racional
ante el venidero atardecer
sustentado en la riqueza
de la estoica firmeza
y la sabia sencillez,
nutriendo mi pensamiento.

En mis días sin vuelo atornillados a la tierra, de Francisco Muñoz


EN MIS DÍAS SIN VUELO ATORNILLADOS A LA TIERRA

En mis días sin vuelo atornillados a la tierra
extravío la vista y en ella se me perfila
el contorno de la figura de mi amada ternura,
tangible, cierta, hermosa, corpórea
así se muestra en el amplio mundo de mis retinas,
y en ese espacio límpido sin fronteras,
nos confiamos nuestras secretas ilusiones
acariciándonos las imaginadas curvaturas,
proyectando sueños sobre inabarcables campos
agarrados a la tierra por un ancla ligera,
sin la aridez y la impostura de los días reglados
por la incesante acumulación de pérdidas.

1 de mayo de 2011

Pacto, sombras, sigilo... silencio (cuento), de Miguel A. Fraga



Pacto, sombras, sigilo... silencio
(Del libro No dejes escapar la ira, de Miguel Ángel Fraga)


...me siguió un perro negro
me tomó del brazo una niña
se leyeron mis poemas
me aburrió una película
besé tu foto estrujada
hoy me sucedió
y no hablé de mi muerte.

Tania Fonseca

Me está mirando y creo descubrir lo que sus ojos me dicen. Me observa como si me dijera: vamos, hazlo de una vez, tú eres el único que puede hacerlo. Hay poca claridad y abro un poco la ventana. Necesito luz. Me acerco y le tomo la mano, acaricio sus dedos, mis dos manos cubriendo la suya. Intento sonreír, construir frases para animarlo, inventar palabras, pero al rato me convenzo que lo que únicamente he conseguido es acentuar mi desánimo. No deja de insistir con su mirada. Es lo que ha estado haciendo durante la última semana desde que comprobó que no habría mejoría. Sus ojos son grandes. Como no puede hablar, sus ojos ahora cobran mayor expresividad. Me asustan, son temerarios, inquisidores. Siento que su vida se reduce a esa  parte del cuerpo. Quiero evadir mi responsabilidad, sofocar mi juramento. Pero él constantemente me recuerda con su presencia lo acordado, aquel pacto que sellamos con un abrazo largo y unas cuantas lágrimas. Fue emotivo. El y yo abrazados en medio de un parque como dos ciegos enfrentados a una nueva vida. Quien nos vio no dudó en pensar que éramos dos maricones descargando sus lascivias o dos borrachos en pleno éxtasis melodramático. En principio, no creí cierto eso de cumplir con la promesa. Aunque vivíamos una realidad sentida, conocíamos los riesgos; pero había confianza. Nadie cree que le tocará su turno. Para nosotros, ese algo lejano no llegaría tan pronto. Hemos despedido a tantos; le hemos visto alargar sus finales, meses  y semanas agonizando sin arreglo. Fue entonces cuando se nos ocurrió hacer el pacto.

Aset. El hada que volvió a ser niña... de Amadeo Peris


Primavera, tú no estás sola (cuento), de Miguel A. Fraga



Primavera, tú no estás sola
(Del libro Cuentos del Amor Escandaloso, de Miguel Ángel Fraga)


Sí, soy GORDA y qué. Estoy cansada de mirarme y corregir mis defectos, pero qué le voy a hacer, estoy llena de celulitis y manteca. Aunque de perfil no me veo tan mal si escondo un poco el estómago. Que tenga unas libritas de más, que no son muchas -la gente es muy exagerada- no me convierte en horrorosa. Tampoco  voy a inhibirme de comer lo que me gusta: mis chocolates y pastelillos en las noches acompañados de un tecito o una leche fría. Todos dicen que soy comilona y gorda. Por eso me llaman la Gorda aunque mi verdadero nombre es Leopoldo Marcelino Martínez, pero con tal nombrecito es  como para olvidarse.

Havana 1953

havanajournal.com



EN SU PORMENORIZADO relato Allen Ginsberg en La Habana, acerca de
la segunda visita del poeta norteamericano a Cuba, el desaparecido
poeta José Mario refiere: “...Le llevamos una tarde por La Habana. Él
mismo nos fue conduciendo hacia la parte del Parque de La Fraternidad.
Se sentó en la esquina que hace la Sears y nos pidió que lo dejáramos un
rato. Cuando volvimos estaba triste. “Hace unos diez años me senté en
este mismo sitio y escribí un poema; hoy no me ha salido nada”.
Eran en realidad 12 años los que mediaban entre su primera,
entonces anónima visita y aquella de 1965, pública, espectacular e
inconclusa.