Autor: Leonardo Venta
La escritora Cristina García, de 51 años de edad, establecida en Estados Unidos desde los dos años, es autora de reconocidas novelas como Soñar en Cubano – que el New York Times calificara “una joya” –, Las hermanas Agüero, ¡Cubanísimo! , A Handbook of Luck y Monkey Hunting, entre otras.
Monkey Hunting, publicada en inglés, cuyo título se traduce al castellano Cazando monos, aborda el tema racial, enlazado al de la inmigración y la transculturación – término éste creado por el antropólogo Fernando Ortiz –, que se explica a través del proceso en que un pueblo o grupo social recepciona formas de culturas de otro y, al mismo tiempo, el otro recibe influjo del receptor, en una constante interrelación: ese ajiaco que propone el discurso ortizano.
La trama de Cazando monos se remonta a 1857, cuando el joven Chen Pan firma un contrato – engañoso – que lo reasentaría de China a la lejana Cuba para ser transformado en esclavo de una plantación de caña de azúcar. Después de cierto tiempo, escapa milagrosamente de su condición de servidumbre y, gracias a su tenacidad en el trabajo, consolida una vida próspera en el barrio chino de La Habana.
Allí se enamora de una esclava mulata, Lucrecia, a quien salva de la esclavitud, convirtiéndola en su esposa. El asiático termina sus días en la capital de la cadenciosa isla caribeña, rodeado de nietos, llegando a ser casi más cubano que chino.
Asimismo, la historia de Chen Pan se relaciona con la de su nieta Chen Fang y su tataranieto Domingo. Chen Fang es una mujer inteligente y resuelta, que logra convertirse en educadora en la hostil China de Mao Tsé-tung, pero que tristemente termina encarcelada, por su ideología, en una de las espantosas celdas del régimen maoísta.
Por otro lado, Domingo, aún adolescente, sale de Cuba con su padre rumbo a Nueva York, donde se enfrenta a la misma hostilidad y racismo que sufriera su abuelo en la isla colonial. Domingo se siente doblemente despreciado, por ser chino e hispano, mientras su padre, decepcionado de su experiencia de exilio, se suicida en un subway de la Gran Manzana.
Al sufrimiento causado por la pérdida de su progenitor, y al que le ocasiona el sentirse menospreciado por su origen étnico, se le suma el de verse involucrado en la guerra de Viet-Nam en calidad de soldado.
La novela relata cómo el color de la piel y el acento no norteamericano del joven chino-cubano causaban sospechas entre sus propios compañeros de combate. Domingo, constantemente, temía que éstos le confundieran con un Viet Cong y morir aniquilado bajo una imprevista ráfaga de municiones.
La temática de Cazando monos es universal; es un saludo a miríadas de inmigrantes alrededor del mundo, a aquellos que aún rastrean su identidad. Ofrece,además,un merecido tributo literario al legado chino en la cultura cubana, y, al mismo tiempo, desmitifica, en parte, el “sueño americano”, abriendo brechas a la problemática racial, desde la perspectiva de una escritora palmariamente bicultural.
La escritora Cristina García, de 51 años de edad, establecida en Estados Unidos desde los dos años, es autora de reconocidas novelas como Soñar en Cubano – que el New York Times calificara “una joya” –, Las hermanas Agüero, ¡Cubanísimo! , A Handbook of Luck y Monkey Hunting, entre otras.
Monkey Hunting, publicada en inglés, cuyo título se traduce al castellano Cazando monos, aborda el tema racial, enlazado al de la inmigración y la transculturación – término éste creado por el antropólogo Fernando Ortiz –, que se explica a través del proceso en que un pueblo o grupo social recepciona formas de culturas de otro y, al mismo tiempo, el otro recibe influjo del receptor, en una constante interrelación: ese ajiaco que propone el discurso ortizano.
La trama de Cazando monos se remonta a 1857, cuando el joven Chen Pan firma un contrato – engañoso – que lo reasentaría de China a la lejana Cuba para ser transformado en esclavo de una plantación de caña de azúcar. Después de cierto tiempo, escapa milagrosamente de su condición de servidumbre y, gracias a su tenacidad en el trabajo, consolida una vida próspera en el barrio chino de La Habana.
Allí se enamora de una esclava mulata, Lucrecia, a quien salva de la esclavitud, convirtiéndola en su esposa. El asiático termina sus días en la capital de la cadenciosa isla caribeña, rodeado de nietos, llegando a ser casi más cubano que chino.
Asimismo, la historia de Chen Pan se relaciona con la de su nieta Chen Fang y su tataranieto Domingo. Chen Fang es una mujer inteligente y resuelta, que logra convertirse en educadora en la hostil China de Mao Tsé-tung, pero que tristemente termina encarcelada, por su ideología, en una de las espantosas celdas del régimen maoísta.
Por otro lado, Domingo, aún adolescente, sale de Cuba con su padre rumbo a Nueva York, donde se enfrenta a la misma hostilidad y racismo que sufriera su abuelo en la isla colonial. Domingo se siente doblemente despreciado, por ser chino e hispano, mientras su padre, decepcionado de su experiencia de exilio, se suicida en un subway de la Gran Manzana.
Al sufrimiento causado por la pérdida de su progenitor, y al que le ocasiona el sentirse menospreciado por su origen étnico, se le suma el de verse involucrado en la guerra de Viet-Nam en calidad de soldado.
La novela relata cómo el color de la piel y el acento no norteamericano del joven chino-cubano causaban sospechas entre sus propios compañeros de combate. Domingo, constantemente, temía que éstos le confundieran con un Viet Cong y morir aniquilado bajo una imprevista ráfaga de municiones.
La temática de Cazando monos es universal; es un saludo a miríadas de inmigrantes alrededor del mundo, a aquellos que aún rastrean su identidad. Ofrece,además,un merecido tributo literario al legado chino en la cultura cubana, y, al mismo tiempo, desmitifica, en parte, el “sueño americano”, abriendo brechas a la problemática racial, desde la perspectiva de una escritora palmariamente bicultural.
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"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.