"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca", Jorge Luis Borges


1 de junio de 2010

El bailarín ruso de Montecarlo, de Abilio Estévez (novela)


Quien haya leído las primeras páginas __ cibernéticas__ de El bailarín ruso de Montecarlo, puede que haya seguido su lectura, a través de la imaginación, después de agotarse en una veintena de páginas, en formato pdf. El protagonista, Constantino Augusto, parece ser el doble de Abilio “Estévez, el bailarín ruso”, según el título de un supuesto capítulo.
El autor comienza narrando en primera persona del presente todo su peregrinar por distintos lugares de Barcelona, esa multicolor ciudad española y oscura, en varios lugares, bien descrita por el narrador-personaje. La intensidad es tan a gusto, a pesar de la escasez de diálogos, que recuerda a La Habana en idas y regresos, en comparaciones con su vida anterior y posterior, del narrador-personaje, y logra fluir sin contrariedades, de cabo a rabo por cada lugar.
El personaje, al parecer, ha logrado su objetivo: desertar. ¿Quizás advierta o declare que los más importantes __ mejores y peores__ intelectuales cubanos siempre han querido desertar? Es una pregunta que me reservo y tal vez me la responda cuando compre la cuarta novela de Estévez presentada por Tusquets Editores.

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"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.