DÉCIMAS A LA INFANCIA
(Ejecicio)
-I-
En villa del Poeta Nacional
de muy joven matrimonio
ángel vine y no demonio
vestido de sol matinal,
como el agua de manantial.
que brota de enredaderas,
nutriendo las sementeras
y refrescando el camino,
como un pájaro en trino
de tesituras sinceras.
-II-
Qué bellos primeros años
sin crueldad en la existencia;
me abrazó fiel la paciencia
de seres de amor, no huraños,
ajenos a causar daños
y sabios de humana ciencia,
quienes formaron conciencia
que reír vale la pena,
entregar no es vil condena,
sino es verdad y sapiencia.
-III-
El Camagüey variopinto
de calles cual laberinto,
de centenarias casonas
y tinajas bien panzonas
fue de juegos el recinto
y hondura sin acechanza,
gran quietud de la bonanza
y morada del arcano,
como un cielo de verano
sin nubes en lontananza.
-IV-
Hubo salidas al monte
en bicicleta montado,
sonriente y no anonadado
tras la escucha del sinsonte.
sin muro en el horizonte
mis pies libres de ataduras
frescos como las verduras,
pleno en sueños de enano,
llenas de tierra las manos
y el alma sin magulladuras.
-V-
Días de aprendizaje
en la algazara escolar
nos ampliaron el hogar
con el mejor tamizaje:
gran apertura del paisaje
la oportunidad de hacer
y así lo nuevo aprender
de la vida sus secretos,
para atisbar amuletos
filosofales del ser .
© Eduardo Vladímir Fernández Fernández, 12 de septiembre de 2012
(Ejecicio)
-I-
En villa del Poeta Nacional
de muy joven matrimonio
ángel vine y no demonio
vestido de sol matinal,
como el agua de manantial.
que brota de enredaderas,
nutriendo las sementeras
y refrescando el camino,
como un pájaro en trino
de tesituras sinceras.
-II-
Qué bellos primeros años
sin crueldad en la existencia;
me abrazó fiel la paciencia
de seres de amor, no huraños,
ajenos a causar daños
y sabios de humana ciencia,
quienes formaron conciencia
que reír vale la pena,
entregar no es vil condena,
sino es verdad y sapiencia.
-III-
El Camagüey variopinto
de calles cual laberinto,
de centenarias casonas
y tinajas bien panzonas
fue de juegos el recinto
y hondura sin acechanza,
gran quietud de la bonanza
y morada del arcano,
como un cielo de verano
sin nubes en lontananza.
-IV-
Hubo salidas al monte
en bicicleta montado,
sonriente y no anonadado
tras la escucha del sinsonte.
sin muro en el horizonte
mis pies libres de ataduras
frescos como las verduras,
pleno en sueños de enano,
llenas de tierra las manos
y el alma sin magulladuras.
-V-
Días de aprendizaje
en la algazara escolar
nos ampliaron el hogar
con el mejor tamizaje:
gran apertura del paisaje
la oportunidad de hacer
y así lo nuevo aprender
de la vida sus secretos,
para atisbar amuletos
filosofales del ser .
© Eduardo Vladímir Fernández Fernández, 12 de septiembre de 2012
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"Criticar no es morder; es señalar con noble intento el lunar que desvanece la obra de la vida", José Martí.